Se acabó la temporada para el subalterno afincado en San Juan del Puerto. Año difícil, colocado con Conchi Rios, ha sido raro el día en que ambos han ido y han vuelto de la plaza juntos, o le pegaban los novillos al choquero o le pegaban a la murciana. Muchos festejos se ha perdido Corralejo de los más de cincuenta que hubiera toreado si todo hubiera transcurrido sin incidentes.
El bravo banderillero de Huelva, anduvo en este último festejo como es normal en él. A favor con el capote, haciéndolo romper, enseñando virtudes y defectos. En el sexto le correspondió banderillear y a fe que, como muestran las fotos, lo hizo con la efectividad soltura, brillantez y espectacularidad a que nos tiene acostumbrados.
No era un tarde más, iba colocado con un amigo, tenía a su gente en las gradas y eso pesa y responsabiliza. El público le hizo saludar tras dos pares por derecho, dejándose ver, dando el pecho. Su matador le hizo el gesto generoso para que saludase, su proverbial modestia le impidió destocarse y su saludo fue sucinto, pendiente de la lidia.
Como lo conocemos muy bien y tan acostumbrados estamos a su profesionalidad no recogimos su saludo. Pues desde aquí lo saludamos. Y al hacerlo nos cuenta que está recogiendo capotes y vestidos para ponerlos en naftalina y meterlo en un armario hasta la temporada que viene.
Ójala que sea pronto y por que reciba la llamada de alguno del grupo especial para torear setenta en las ferias. Se lo merece
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| Gilberto lo vio y nos manda sus fotos
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Se acabó la temporada para el subalterno afincado en San Juan del Puerto. Año difícil, colocado con Conchi Rios, ha sido raro el día en que ambos han ido y han vuelto de la plaza juntos, o le pegaban los novillos al choquero o le pegaban a la murciana. Muchos festejos se ha perdido Corralejo de los más de cincuenta que hubiera toreado si todo hubiera transcurrido sin incidentes.
El bravo banderillero de Huelva, anduvo en este último festejo como es normal en él. A favor con el capote, haciéndolo romper, enseñando virtudes y defectos. En el sexto le correspondió banderillear y a fe que, como muestran las fotos, lo hizo con la efectividad soltura, brillantez y espectacularidad a que nos tiene acostumbrados. 
No era un tarde más, iba colocado con un amigo, tenía a su gente en las gradas y eso pesa y responsabiliza. El público le hizo saludar tras dos pares por derecho, dejándose ver, dando el pecho. Su matador le hizo el gesto generoso para que saludase, su proverbial modestia le impidió destocarse y su saludo fue sucinto, pendiente de la lidia. 
Como lo conocemos muy bien y tan acostumbrados estamos a su profesionalidad no recogimos su saludo. Pues desde aquí lo saludamos. Y al hacerlo nos cuenta que está recogiendo capotes y vestidos para ponerlos en naftalina y meterlo en un armario hasta la temporada que viene.
Ójala que sea pronto y por que reciba la llamada de alguno del grupo especial para torear setenta en las ferias. Se lo merece
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