Tal día como hoy....

Luis Tabuenca triunfó en Ayamonte.

                                                                                  Vicente Parra Roldán

En la jornada del 13 de junio de 1966 se anunció en la plaza de toros de Ayamonte la celebración de una novillada de promoción con la participación de jóvenes aspirantes de diferentes localidades de nuestra provincia, que llegaron a La Puerta de España muy bien acompañados de paisanos y seguidores, que dieron  colorido al espectáculo.

Se corrieron astados del jerezano Manuel Matos Copero, mansos de solemnidad y peligrosos, excepto el lidiado en segundo lugar que, por el contrario, fue muy bravo y noble.

Abrió plaza la rejoneadora La Princesa de Paris que no pudo lucirse debido a las condiciones de su oponente, que se emplazó en medio del ruedo donde esperaba a las monturas. Pudo clavar dos rejones de castigo y un par de banderillas pues, al hacerlo por segunda vez, el novillo derribó al caballo, pasando la rejoneadora a la enfermería donde fue atendida de fuertes contusiones y magulladuras en diversas zonas del cuerpo. El sobresaliente despacho el novillo de varios pinchazos y descabellos.

El isleño Luis Tabuenca tubo la fortuna de encontrarse con el único novillo potable del encierro y con el que tubo una lucida actuación tanto con el capote como con la muleta, con la que sacó pases de excelente factura por lo que , al matar de estocada, obtuvo las dos orejas, con las que paseó el anillo y le permitió salir a hombros al término de la función.

El serrano Rafael Romero intentó lucirse ante un novillo imposible. Estuvo muy valiente y sin arredrarse de los varios revolcones recibidos. No estuvo afortunado con la espada y dio una vuelta al ruedo.

El valverdeño Isaías González tuvo enfrente otro manso. Aprovechó las primeras arracadas para intentar el lucimiento con el capote. Con la muleta, porfió mucho y expuso sin poder alcanzar lucimiento. Necesito de dos pinchazos, estocadas y descabello, paseando el anillo.

Cerró plaza Romerito de Gibraleón al que le correspondió otro animal ilidiable, con el que estuvo muy cercano y valiente para quitárselo de encima con rapidez.