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viernes, 8 de junio de 2012

Por este tipo de cosas seguimos creyendo en el genero humano

Con la que está cayendo, un barrendero (funcionario al fin, con sus recortes, sus deudas  y sus historias) cada mañana que puede se pasa por el colegio y echa un rato de risas con los niños. Malcanta la canción de Bob Esponja, esboza una coreografia y nos recuerda a los payasos de la tele (¿Como están ustedes?) y los chiquillos se enloquecen, simplemente por que alguien de carne y hueso les dedica unos minutos de de su tiempo de adulto. Entrañable el señor, inocentes e ilusionados los niños que lo esperaban cada día día y se sabían sus turnos, listos los responsables del centro que entendían el tema y lo consentían.
Ahora los niños pasan el recreo tristes, dicen que su amigo que ya no viene, que el vídeo lo ha superado.
Una pena, por que ahora saldrá algún autopostulado defensor del menor y dirá que es aberrante, cualquier tele-basura le ofrecerá ser imagen y un reality propio al barrendero, algún patrón trasnochado argumentará que el currante debe recuperar el tiempo que pierde, algún sindicalista imbécil pedirá un sobresueldo, algún enseñante estúpido afirmará que es contraproducente.
Yo simplemente he sonreído con el corazón. Creo firmemente en el hombre.

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