José Tomás, un fenómeno social

Don Verduguillo
Una vez que se ha confirmado la presencia de José Tomás en la tarde del 3 de agosto – confirmación que ha llegado tan solo a unos cuantos privilegiados porque el comunicado oficial de la empresa de la plaza de toros de La Merced no ha llegado a todos los medios informativos onubenses – se vuelve a poner de manifiesto el fenómeno social que representa el diestro madrileño.
Desde hace unas horas, cuando vas por la calle te paran muchas personas – no solo amigos y conocidos sino otras con las que no has tenido ningún tipo de trato – para preguntarte si es verdad que José Tomás va a torear en Huelva. Una vez que le confirma la actuación, rápidamente te preguntan por el precio de la localidad y cuándo se abren las taquillas.
Hay otras personas – aquí si entran los amigos y conocidos – que no solo te paran por la calle sino que te telefonean para pedirte que “consígueme dos entradas en un buen sitio para ver a José Tomás”. Cuando les responde que te resulta muy difícil acceder a su petición, el amigo o el conocido te insiste como si uno fuese el jefe de taquillas y pudiera destinar los boletos que se pondrán a la venta a satisfacer todos sus compromisos.
Tan solo el anuncio de la presencia del torero de Galapagar ha hecho que los onubenses hablen más de toros que a lo largo del año y que, desde los lugares más recónditos, surjan “auténticos aficionados” que no quieren perderse el acontecimiento taurino del año en nuestra ciudad.
No cabe duda que José Tomás se ha convertido en un auténtico fenómeno social que repercute más allá de los ambientes taurinos. De él se habla en todos los sitios y todos quieren verle, por lo que los empresarios – los de Huelva y los de aquellas plazas seleccionadas por el equipo del torero – se frotan las manos pensando en el suculento negocio que se les aproxima.
Del torero de Galapagar, en los últimos tiempos, se conoce todo: cuanto cobra por actuación, su color favorito para sus vestidos, su cornada de Aguascalientes, su afición al futbol, etc., aunque muchas personas no le recuerdan de su anterior etapa profesional – para algunos, la mejor del torero – porque entonces no había el interés mediático actual y, por tanto, pasó más inadvertido para el gran público mientras que solo era objeto de culto por parte de los verdaderos aficionados que quedaron impresionados por sus enormes cualidades ante el toro.
Bienvenido ese fenómeno social que es José Tomás porque, en nuestro entorno provincial, permite que sean muchas las personas que, por curiosidad, se acercan al planeta taurino. Es de desear que algunos, tras esta primera aproximación, sean capaces de quedarse y, de esta manera, se habrá ganado un nuevo aficionado. Eso es lo importante y lo que conviene conseguir por el bien de la fiesta en nuestra tierra