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domingo, 6 de febrero de 2011

Fernando Naranjo protagonista del Hoy de Badajoz

Pinceles y letras para expresar el toreo

Fernando Naranjo es un andaluz afincado en Badajoz que dedica su tiempo de ocio a pintar y escribir poemas taurinos que comparte en Facebook y en sus blogs


Linares, agosto de 1947. El pueblo jienense se prepara para celebrar sus fiestas anuales. Entre los actos hay una corrida de toros en la que se anuncian Gitanillo de Triana, 'Manolete' y Luis Miguel Dominguín con toros de Miura. El astado 'Islero' pasa a la historia por acabar con la vida de 'Manolete' y España llora la muerte del diestro cordobés. Los aficionados a la tauromaquia conocen el trágico suceso, muchos lo recuerdan y alguno como Fernando Naranjo (El Repilado, Huelva, 1942) lo vivieron en la propia localidad protagonista: Linares.
Su familia se dedicaba a las atracciones de feria y seguían todas las fiestas del país. Aquel fatídico día estaban en Linares. «Yo tenía cinco años y solamente recuerdo el trauma que supuso la muerte de 'Manolete'. Su muerte se estuvo llorando más de 20 años en la copla, en el flamenco...», rememora. Por aquel entonces, cuando apenas era un niño, comenzó a fraguarse su afición por el mundo del toro, instigado sobre todo por su padre y su primo Fernando.
Así, y de manera más nítida, vivió la alternativa de 'El Litri' que era amigo de un tío suyo, o una corrida en Mérida el 3 de septiembre de 1951 en la que, con toros de Montalvo, se anunciaron Manuel dos Santos, Luis Miguel Dominguín y 'El Litri'.
Como recorrían muchos municipios por su actividad, vivieron cientos de ferias y asistieron a numerosas corridas. «Cuando no podía irme a ver los toros, iba a la puerta de los hoteles para verles vestidos de luces, algo que me imponía mucho. Luego también me iba a verles salir de la plaza. Algunos ensangrentados tras cosechar un triunfo. Otros, cabizbajos después de una mala tarde...», destaca Fernando que también recuerda con cariño sus tardes de afición en el que denomina 'el tendido de los ciegos'. «Acudía a la puerta de la plaza y esperaba a que saliese alguien a comprar tabaco y le preguntaba qué tal estaba siendo la faena, escuchaba los olés...», apunta.
Según cuenta Fernando, la tauromaquia se vivía muy intensamente durante su infancia pues formaba parte de la propia vida cotidiana. En su caso, en el invierno se sentaba con su familia alrededor de una candela y escuchaba las historias que su padre le contaba referente al mundo del toro. Todo eso hizo que se fraguasen en él unos sentimientos, unas vivencias y unos recuerdos que más tarde ha querido plasmar en la pintura y sobre todo en la escritura.
Con 51 años empezó a pintar. No tenía formación pero ha conseguido reflejar diversas estampas taurinas que le han llevado a exponer en ciudades como Salamanca, Ciudad Real, Mérida, Badajoz, Zafra o Évora. Sin embargo, si le dan a elegir entre los pinceles o la pluma, se queda con las letras, su otra gran pasión.
Escritura
Hace unos diez años, sufrió un incidente con un conocido y en lugar de enfadarse, sin saber por qué decidió escribir sobre los hechos. Ahí comenzó su afición a pesar de que nunca había ido de manera continuada a la escuela y apenas había escrito en su vida un par de cartas a su madre y a su novia mientras cumplía el servicio militar. «No soy una persona culta ni preparada, no sabía métrica ni lo que era un soneto, así que me puse a estudiar y comencé a escribir poesías», subraya.
Escribe numerosos poemas de inspiración taurina, que comparte en sus blogs o con sus amigos de Facebook, red social a la que pertenece. «A Perera le escribí en el año 2008 más de 160 poesías. Cada tarde que toreaba, me apoyaba en la plaza y en sus faenas y jugaba a escribir versos, metáforas que me salían del alma pues me arrancaba el corazón ver como un torero extremeño era capaz de poner en jaque a todo el país», apostilla.
Miguel Ángel Perera le ha emocionado pero reconoce que no ha sido seguidor solo de un matador, sino que muchos le han llenado. «Yo he visto torear al venezolano César Girón, a Juan Posada, a Mondeño, a Manolo González en Badajoz y a Antonio Ordoñez, uno de los que más me gustó y a Paco Camino que ha sido el mejor torero que ha parido Sevilla y España. El más grande que han visto mis contemporáneos», destaca sin olvidar a Rafael de Paula, Curro Romero, Diego Puerta o 'El Viti'. «Soy amigo de Luis Reina y también he seguido a Morenito de Cáceres, aunque el extremeño que más me gusta es Juan Mora, pero no de ahora, sino de toda la vida pues incluso fui a verle tomar la alternativa a Sevilla. También me apasiona Talavante, a quien llamo el 'ángel de la impávida figura'», subraya sin olvidar a Curro Durán, Emilio Muñoz, Julio Robles, José Fuentes, Manolo Cortés, Fernando Cepeda o José María Manzanares, al que denomina el torero 'de terciopelo y fuego'.
Su afición no solo le ha servido para expresarse artísticamente, sino que gracias a ella ha hecho numerosos amigos y los sigue haciendo. Ahora, a través de la red. Tiene abiertos tres blogs y un perfil en Facebook que cuenta con cientos de amigos que leen cada día sus poemas y escritos y comparten con él su pasión por el mundo del toro.

1 comentario:

  1. gracias amigo Javier por esta publicación que no conocía en tu magnifico blogs todo profesional.

    un saludo amigo

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