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lunes, 17 de enero de 2011

Obituario gentes del toro

La Gente del toro es un conjunto amplio, lo compone todo el que anda alrededor y tiene "la pedrá dá", desde el portero hasta el de la cocacola, desde el último maletilla hasta el triunfador de San Isisdro. Por supuesto "el chofer del camión" es un hombre del toro en la mayoria de los casos, ahí tenemos el ejemplo de Melchor, joven y con una pedrá como el camión de Ellauri de los que ahora lleva cargado de bravura (a veces menos de la deseada pero eso no es culpa suya, claro).

En el blog de Villalba aparece este sentido obituario de Suarez, anteccesor de Garespi,  que hace muchos años llevaba los toros en su camión para poder celebrar el toro de la cuerda.

 

Manuel Suarez Garrido "Suarez"

Hoy ha fallecido en Villalba, mi querido tío Suarez, a la edad de 86 años, un hombre bueno y el más trabajador del mundo, estaba casado con mi tía Águeda, hermana de mi padre, la foto que he puesto es un homenaje a su vida, ya que en mi pueblo cuando aún no había frigoríficos, quien no tenía un "búcaro" de los que vendía Suarez en casa, para poder beber ese agua fresquita tan necesaria en los veranos villalberos, que bonito estaba mi pueblo con las macetas de Bailen que el pregonaba con tanto arte y esa sal gorda que el vendía en su "Izo carro", "Niña la sal barata", el vendía la alegría en Villalba, la Sanmiguel, la Casera para el tinto de verano y endulzaba las navidades con sus magníficos mantecados y para pasear por mi bonito pueblo, unos zapatos de "en casa Suarez" y ya te los pagara mi madre Aguedita.

Ya no voy más por el toro que me rompen el camión, decía, pero todos los años era puntual en ir a casa de Manolo Gonzalez, Cuadri, Gerardo Ortega o Prieto de la Cal, "quillo bajarse del camión que lo vais a destrozar, me cago en ...", pero en Villalba había un año mas toro de cuerda.

Después de tanto trabajar aun le sobraba un ratito para un domino en casa de Peri con el Capitán Pelusa, mi querido Antonio.

El vendió de todo para criar a sus hijos, mis primos Francisco Manuel, Maria Antonia y Joaquín, pero lo que nunca vendió fue su amistad y su cariño hacia los demás, eso lo regalaba Suarez, porque con ese corazón tan grande que Dios le dio, repartía sal y amor.

La última vez que me vio, lloro y aun sin hablar me dijo "Francisco ya nos veremos a donde tú sabes, ya que pronto estaré al lado de nuestra Santa, Águeda, virgen y mártir y de la Virgen del Carmen.

Hasta que Dios quiera Tito Suarez, un beso muy fuerte.

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