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viernes, 8 de octubre de 2010

La economía taurina según Expansión.

La economía taurina toca fondo en pleno debate abolicionista

Expansión J. M. Lamet

El cielo se entolda, sofocante, sobre el mundo del toro. En el otoño de la temporada más convulsa en años, la fiesta malvive en las arenas movedizas del abolicionismo anti y de la depresión económica.

Al tiempo que los aficionados catalanes gritan libertad y los toreros ultiman su reunión con la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, las finanzas taurinas se resquebrajan. La de 2010 está siendo la peor añada de la historia reciente para las arcas del segundo espectáculo de masas de España, tras el fútbol.

Sin ir más lejos, la temporada terminará, en noviembre, con 1.320 festejos, si no se suspende ninguno de los ya programados, según los datos recopilados por EXPANSIÓN. Es decir, un 8,5% menos que en 2009, un 30% menos que en 2008 y un 40% menos que en el punto álgido de 2007.

Y así, con 853 festejos menos en el esportón que en la temporada más boyante, la tauromaquia se enfrenta a su último año de vida en Cataluña. La Monumental de Barcelona, única plaza en activo de la comunidad, acaba de cerrar la temporada en éxtasis, con tres triunfos atronadores de Morante de la Puebla, El Cid y el local Serafín Marín, en la Feria de la Libertad.

Aun así, en el planeta toros cunde el pesimismo. Las plazas de primera y segunda categoría siguen aguantando el chaparrón, cayendo un 3% la actividad de las primeras e incrementándose un 5% la de las segundas. Pero las de tercera se han hundido un 13% y ahora celebran escasamente la mitad de las corridas que hace tres años (-48%). Esto afecta, fundamentalmente, a los ayuntamientos con más resaca inmobiliaria, abocados al tijeretazo impune del gasto.

Y si hay que ahorrar, se eliminan los festejos que menos público atraen. Así, mientras el número de corridas de toros cae un 5,7% con respecto a 2009, las novilladas disminuyen un 8,7% y el rejoneo se desploma un 15,7%.

La cara positiva: “La mediocridad dejará de ser negocio”. En los carteles deberá primar la calidad, “y la imagen de la fiesta mejorará”, asegura André Viard, presidente del Observatorio Nacional Francés de las Culturas Taurinas. Hasta ahora, esto no se cumple.

El toro es cultura
El problema es la excesiva repetición del binomio matadores estrella-ganado estrellado. Pero no sólo ése. La depresión económica de la fiesta pide a gritos el paso de los toros del Ministerio de Interior al de Cultura. O, al menos, a dependencias de un organismo interministerial propio. Uno de los principales motivos de esta exigencia es la fiscalidad. Los toros tributan por el tipo general del IVA, del 18%, y no por el reducido (8%), como otros espectáculos culturales.

González-Sinde ha pospuesto el encuentro con las figuras a pasado mañana. Esto es, un día después de la huelga general que apoyan los representantes sindicales taurinos.

En la reunión con la ministra, los principales espadas, el abogado Javier Arauz de Robles y, probablemente, el presidente de la Mesa del Toro, Carlos Núñez, demandarán la transferencia a Cultura, blindar la tauromaquia como Bien de Interés Cultural e impugnar la abolición catalana.

Quizás le recuerden a González-Sinde las palabras de un titán de las letras como Ramón Pérez de Ayala: “Si yo fuese dictador en España, prohibiría las corridas de toros; como no lo soy, no me pierdo ni una”.

Argumentos
Hay varios motivos por los que el sector taurino español se reivindica como vital para la economía. Los principales:

- Económico: La fiesta representa casi el 1,5% del PIB español. Además, las corridas y los festejos populares generan 2.500 millones de euros al año.

- Laboral: El toro ‘emplea’ a más de 7.000 profesionales, lo que se traduce en una productividad de 3,7 millones de jornadas de trabajo al año.

- Medioambiental: La cría de razas puras es “el factor clave para medir y conservar la biodiversidad”, que se acordó proteger en la Declaración de Interlaken, en 2007.

1 comentario:

  1. Gracias, Javier, por tu visita, que te devuelvo encantada.
    Paso prácticamente a diario por aquí y te sigo, aunque la verdad sea dicha no tengo tiempo de comentar en todos los blogs que aprecio como me gustaría.

    La condesa de Estraza

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