El banderillero onubense sufrió una tremenda cogida el pasado día 12 en la Maestranza .
Ya en planta, con el contacto directo de los suyos, el hombre del toro se recupera de las lesiones sufridas en la cara interior del muslo derecho, triángulo de Scarpa, el pasado domingo. Tras una noche dominical de quirófanos, transfusiones y miedos, un lunes de euforia y alegría por la milagrosa recuperación, el martes dio lugar al dolor, las nuevas transfusiones y la realidad de un cornalón de caballo que hizo que Jesús se debatiera con bravura entre los dos lados de la existencia.
El jueves por fin recibe el ansiado traslado a planta donde entre el cariño de su esposa Isabel, de sus padres y de la interminable lista de visitas de amigos, compañeros y familiares hará que recupere pronto las fuerzas para poder iniciar la recuperación que le lleve de nuevo a cumplir su sueño, torear otra tarde en la Maestranza de Sevilla, que siente más íntima que nunca ahora que ha sido regada con la sangre torera que su femoral abierta dejo en el albero del coso del Baratillo.
Jesús, vaya susto que nos has dado.
Esto tiene el toro, riesgo. Me da mucha pena que mis padres que mi mujer sufran, pero ellos saben que esta es mi vida. Que soy torero y estos son gajes del oficio
Tu también te asustaste.
Yo sentí desde el primer momento que la cornada era gorda, sentí el aire, mire y vi a mis compañeros lejos. Tenía claro donde estaba la enfermería por que acabamos de llevar a Spaliu y hacia allí me fui. La rapidez de todos, el gesto rápido de Alejandro Sobrino me salvo la vida. Sentía que se me iba el aliento, me asfixiaba, sentía la sangre irse sin remedio por el boquete. Lo sentí todo, llegue consciente ala enfermería.
Como fue la cornada.
Al salir de banderillas. El toro era astifino y me prendió por el muslo lanzadome hacia arriba.
De que te has acordado estos días acuerdas.
Se dan muchas vueltas ala cabeza, mucho que pensar, mucho que agradecer, Ale,
Alejandro Sobrino, las cosas buenas que han hecho que esté aquí. De mis compañeros,
de los médicos del anestesista, del cirujano, de todos los que estos días se han
interesado, me siento orgulloso de la gente del toro.
El lunes, a doce horas de la cogida y después de una intervención de varias horas te
despertaste eufórico.
Tenía que ser fuerte, dar ánimos a los míos, no podía hundirme yo, saque fuerzas de
donde no las tenía y me impuse al dolor, a la debilidad, luego me vine un poco abajo, la
heparina me hizo perder sangre.
Piensas retirarte del toro, claro.
Ni se me pasa por la cabeza irme de lo que es mi vida. Me moriré torero, ahora a
recuperarme, salir de la clínica, se que el camino es largo y la rehabilitación que será
dura, la temporada la doy por perdida pero el año que viene a torear cuanto antes y
además en Sevilla, que la Maestranza la siento ahora más mía que nunca, la he regado
con mi sangre
Que te dijo Luis Mariscal cuando vino a verte
Estuvo de muy cariñoso, me dijo que paciencia, que ánimo, que no me aburriese.
Algo que quieras decir a Huelva
Que gracias, a todos los que se han interesado por mi, que es importante saber que uno
tiene gente a su lado y mi familia y yo lo hemos sentido.
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