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sábado, 1 de agosto de 2009

Previa a la corrida del sábado.

Ganadería: José Luís Pereda. La Dehesilla. Es sabido por todos que el propietario de estos dos hierros es a su vez propietario de la plaza de toros de la Merced. En estos días recibía don José Luís un caluroso y cálido homenaje, por parte de la afición y los más cercanos en el vigésimo quinto aniversario de la reinauguración de esta plaza, bueno pues con la de hoy serán 19 las tardes que los distintos hierros de la casa Pereda han estado presentes e la Merced. El placer de este ganadero es despertar cada mañana con el mugir de sus toros como fondo musical.
Esa cercanía le permite un contacto fluido y un conocimiento profundo de la camada, si unimos su amor a Huelva y su perfecto conocimiento de cada uno de los cuatreños y cinqueños que pastan en la Dehesilla, sus reacciones, sus reatas, el comportamiento de sus hermanos durante la lidia, uniendo ambos factores, la consecuencia es clara, intentará traer a su tierra lo mejor y más escogido de una camada que le ha reportado satisfacciones íntimas y triunfos en Sevilla y Madrid en las últimas ferias de Abril y San Isidro. La corrida viene en tipo, Núñez vía rincón, bien de cara, guapa de hechuras, con el trapío pertinente para dar una gran tarde de toros ante tres de los que mandan en el escalafón actual. Esperemos que su proverbial exigencia haga que Ponce Morante y Perera lo mejor de si mismo.

Enrique Ponce. Y van…, si muchas tardes, diecisiete con la de hoy van con Ponce en Huelva y seguirá viniendo Ponce, que no se aburre de ser el número uno, que no se cansa del triunfo en esta tierra en la que supo entrar hasta los tuétanos a través de su amistad con el último Litri. El torero de Chiva torea en el patio de su casa, se pierde en la nebulosa de los tiempos su debut en nuestra tierra de la mano de Migue Baezi, que fue testigo de su alternativa. Sus triunfos en Huelva han sido de todos los colores, apoteósicos, toreando Cuadris, en competencia con Miguel Báez, después de una importante cogida, las once puertas grandes se agolpan en la memoria del buen aficionado. Hasta treinta orejas en sus 16 tardes de La Merced nos dan una media difícil de mejorar
El asiduo de la Merced irá a ver reverdecer viejos laureles, el nuevo aficionado no puede dejar de ir, no sabemos si volverá y siempre quedará el prurito de decir “yo vi a Ponce torear en La Merced”..
Su sentido estético de la lidia, su poderío, su facilidad para que le sirvan más toros que a ninguno, hacen que las posibilidades de triunfo se multipliquen y que siempre haya un buen aficionado que acabe diciendo, “que suerte tuvo el toro, que le tocó en suerte a Ponce”. Pues eso nuestra suerte es poder ver sus lecciones magistrales otra vez, ¿cuantas mas? En la Merced.
José Antonio “Morante de la Puebla”. Y vuelve el niño de la Puebla, ese que lleva Leonardo Muñoz ¿Saben no? El que anda por la sierra Un chaval que se queda muy quieto, y le gusta torear por bajo y mandando, el que tiene pellizco y un capote que es un muestrario de sedas elegidas de la China de la India y del Pakistan, ¿Caen? Uno que anda en Pelegrín, en casa de Millares y que lleva tres autobuses a los tentaderos. Pues esta conversación que se podría haber dado en Huelva hace quince años, con aquel torero que enamoró a Huelva, se repite en el 2.009, viene Morante y la dimensión de su sitio en el toreo actual la refrenda el hecho de que tantos años después siga levantado pasiones, siga la locura de su pueblo y, lo más importante, siga la evolución de una tauromaquia del más puro concepto a la que no se le atisban más límites que las propias ganas del torero.
Un torero de Huelva sin matices, hecho en nuestra provincia, ha firmado faenas en tardes de recuerdo imborrable en la plaza que le va a ver a hacer el paseillo por octava vez en doce años de alternativa. Vuelve el torero de la magia en la muñecas, sigan su capote, es fácil, lo corre muuuuy despacio.
Miguel Ángel Perera. Otro torero de Huelva que nació donde quiso, apuesta firme de la casa Pereda desde su alternativa, fiel su cita de todas las Colombinas lo tenemos otra vez en Huelva. Su estoicismo, la quietud y cercanía de unas formas que gustan del torero vertical, pisando terrenos y buscando la pureza.
Su criterio le ha llevado a las trincheras de la independencia junto a Fernando Cepeda, su nivel de exigencia frente a si mismo le hacen no bajar el listón frente a las empresas y si eso supone quedarse fuera de Sevilla en la temporada posterior a su rotundo éxito en la Maestranza pues, bien recibido sea.
En Huelva ha firmado sus faenas que han supuesto un punto de inflexión en su trayectoria, este año quizá le haga falta otro aldabonazo frente a dos toreros importantes del escalafón, por ganas y concepto no va a quedar, seguro

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