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martes, 16 de junio de 2009

En Marbella triunfó "Pepe el de la Pollinica"

Resumen de una tarde de toros en Marbella, todo es fabulado pero verídico o verdad pero inventado, o simplemente es una forma creativa de entender la realidad.
El paradigma de la España profunda no es Puerto Urraco, hace tiempo que Marbella ostenta tal honor. En el cine Torrente elevó este principio a la calidad de tautología, el filósofo de este silogismo era ese expoli sicalíptico, procaz, macarra, apestoso, corrupto, facha, ingenuo y atlético, (no de porte, si no de Madrid). Su filosofía de vida y su altura moral las resume el dialogo que mantiene con ese tonto eterno del cine español que es Gabino Diego (en que quedamos, Gabino o Diego, que diría Borges) en el interior de un catorcetreinta durante el pertinente aguardo detectivesco.
- Nos hacemos unas pajillas
- Con la boca o con la mano
- Cada uno con la suya, joder, nada de guarrerías.
Si alguno de los puristas del séptimo arte, de los que son capaces de ver a Bergman sin caer en brazos de Morfeo o prefieren una película japonesa de Kurosawa en versión original a Misión Imposible, es que hay gente pá toó, guerra dixit, se le plantea que semejante engendro es una película de cine, exclamaría con la vena como una hueva de choco;
- ESO NO ES CINE, si ya se que intervienen actores de cine, actrices de cine, un director de cine, un productor, un segundo electricista de cine, que los espectadores van al cine y pagan una entrada de cine, pero no es cine.
- Pues entonces “eso que es lo que es“-pregunta un cordobés, hombre de bien.
- Pues será otra cosa pero no cine.
Este domingo en Marbella se ha montado un espectáculo taurino. El sintagma está usada con malignidad y respeto. Imaginad el grosor de la yugular de alguno de nuestros amigos puristas, de los de pañuelo verde, PICO y TORO, un sitio más allá del cinco y suficiente conocimiento de encastes para mantener un diálogo de media hora sobre el asunto, si oyera decir que era un festejo mayor, aquel donde se anunciaban el niño chico de Manzanares, a la sazón rejoneador, su hermano mayor y el chico y el grande del difunto esposo de la, primero novia de España y luego, última novia conocida del Cachuli, por su parte expresidiario con un horizonte penal que da vértigo y alcalde por mayoría absoluta de la ciudad de Marbella.
Pero claro, no se puede estar en todo, y a la hora del paseillo alguien echo en falta la banda de música. Las prisas, joder, las prisas que no son buenas.
-Vaya por Dios, ese es mi problema-espetó el empresario- un mano a mano dinástico, un caballo por delante, los niños de la tele y un cuarto de plaza y mi problema es que no hay ruido, la madre que me p…
El paseillo se hizo en silencio, el resto de indicaciones con el boca a boca desde el palco al callejón, mientras, un propio de la plaza, por orden de don Manué, corría a buscar a José. Como buen íbero y cristiano viejo que se precie, el tal José, andaba de siesta a semejante hora y con la que estaba cayendo a las siete del cuarentaycuatro de Mayo.
Llamada al timbre, sospecho y dudo entre la melodía de Mozart con eco o quizá aldaba con angelote de hierro repujado.
La santa del llamado José se asoma, arreglándose el pelo y con los pies enfundados en sus correspondientes paños para sacar brillo a la cera del reluciente piso, mosca por que le han fastidiado la novela mejicana del canalsur
- Mande.
- ¿Aquí es Pepe, el de la trompeta?
-Pepe se ha quedado una mijita traspuesto, hoy me ha sacado de aperitivo y hemos estao ancá Miguel comiéndonos unos caracoles y se ha entonao con la cerveza,
- Pues arreando pá la plaza, que lo llama don Manué
- A mi Pepe le hace falta un ratito para meter el cuerpo en caja, un ratito y un descafeinado con dos gotas, dos, de carlostercero.
- Pues Vd verá, pero los toros sin música parecen un velatorio.
Pepe reaccionó rápido, metió el cuerpo en caja, tomo con delicadeza el instrumento y entro en el baño, con perdón, ya saben, la cerveza. Luego tomo la trompa y tiró para la plaza.

Pepe se las tuvo con el portero
- Otro que quiere entrar gratis, pues no, la norma es que el que tiene pase, pasa y el que no, no pasa.
- Pero que me ha llamado don Manué.
- Y la señora ¿Qué, a aguantarle el instrumento, no?- espeta el cancerbero del paraiso
- No la voy a dejar en casa el día de san Bernabé
Por fin puede pasar, lo llevan a presencia del presidente, que le indica se siente a su lado y le inquiere si sabe tocar algo.
Pepe es un profesional y se siente herido,
- Granada, El Gato Montes, Giralda, Que viva España, Para Elisa…-enumera con ganas de seguir -Nada. no se me disperse, el tarari tarari tarari que el toro va a salir, de toda la vida
Cuando, a la salida del tercer toro, sonó la música de la trompeta, la plaza fue un vergel donde revolotearon las palomas de los aplausos, el límpido resonar del instrumento de Pepe hizo que la plaza se volviera hacia el palco, pronto un compadre lo reconoció y gritó
- Pero si es PEPE, EL DE LA POLLINICA.
Ya no hubo dinastías, ni capotes ni muletas, cuando el mayor de los Dolls toreaba con empaque al tercero, pidieron el pasodoble, el paisano embocó aclamado por el respetable poco respetuoso pero el mandón del palco le pellizcó por debajo de la bandera.
- Quieto, no se te ocurra.
Cuando los gritos arreciaron, el presidente se volvió hacia él y entonces le increpó ostentoreamente para que tocara. Y vaya si tocó, Manolete, Paquito el Chocolatero, Puerta Grande, Churumbelerias los pasodobles llenaron el aire de torería, de sabor, de pureza y de verdad, todo se revolucionó y aquello se vino arriba. Había triunfado el arte. Manzanares cortó dos orejas. Como sería la tarde que hasta el mayor de los Órdóñez, con todo el peso de la medalla de las bellas artes sobre sus hombros, cortó una oreja

La Marbella de Puerto Banus es más España que la de Puerto Urraco, por más que nos duela, por más que nos sorprenda.

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