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miércoles, 17 de septiembre de 2008

EL TOREO ES GRANDEZA

EL TOREO ES GRANDEZA

El toreo es grandeza. esta famosa frase, frecuentemente utilizada por quienes quieren estar cerca del torero - y también por el propio matador -, sobre todo en los días de triunfo para tirar la casa por la ventana, tiene un significado mucho más amplio que el de la mera celebración.

El toreo es sentimiento, emoción,, pasión pero también respeto, ética y dignidad. Todos estos componentes hacen que el toreo sea grande. Y lo es porque el principal protagonista, el torero, así nos lo ha transmitido a los que nos sentíamos atraídos por este maravilloso mundo del arte de torear, ahora tan políticamente incorrecto. Es el torero el que crea la admiración, el respeto y la pasión, y también tiene que ser el torero el que sustente esos sentimientos que nacen en el aficionado una vez que termina la corrida. Los maestros más importantes así lo han hecho a lo largo de la historia del toreo, es una herencia a la que no podemos renunciar.

Cada uno es como es y además es necesario que así sea. Por supuesto en la plaza, pero fuera de ella hay que seguir un modelo de conducta que es el que hace al torero diferente de cualquier otro ser humano. La admiración que se puede sentir por un torero en la plaza, originada por el sentimiento, la emoción o la pasión, no se puede perder fuera de ella por falta de respeto, poca ética o ninguna dignidad, hacia los demás, hacia la profesión o hacia uno mismo. por eso cuando hablaba de los componentes que hacen grande el toreo distinguía los primeros de los segundos.

Decía también que un torero es alguien diferente. Me di cuenta cuando vi por primera vez a uno en persona, a Manolo Cortés. Entonces yo trabajaba de camarero en el casino de Gines y el maestro Cortés, acompañado de algunos amigos entre ellos don Rafael y don Miguel Ríos Mozo, a los que luego conocí y a quienes tuve un gran afecto-, llegó a tomar una copa. Cuando me acerqué a él, las piernas me temblaban - también me ocurrió después, la primera vez que saludé al maestro Antonio Ordóñez -, pero no por timidez sino por admiración. Sin embargo, por aquella época mi ídolo era Paco, " Superpaco ", el gran portero del Sevilla de mediados de los setenta, y un día, a las puertas del estadio, estuve junto a él bastante tiempo y no sentí absolutamente nada.

Aquello que había sentido al conocer a un torero me marcó tanto que a partir de entonces sólo pensaba en torear: ¡ qué grandeza !, mi vida se dejó llevar por aquellos sentimientos para traerme hasta aquí, para sentir y hacer sentir, para disfrutar y hacer disfrutar, y también para sufrir y para hacer sufrir. Una vez aquí, tuve la gran suerte de conocer a personas que sentían el toreo igual que yo, y que me enseñaban cómo hacerlo aún más grande - y algunos lo siguen haciendo -, empeño éste en el que sigo, y para ello creo estar en el camino correcto.

No sé si lo conseguiré, pero mi concepto del toreo, el respeto a mi profesión, la ética, la dignidad y la independencia son valores que han estado siempre en ese camino y a los cuales he sido fiel. Fidelidad por encima de todo, porque el toreo es grandeza.


FERNANDO CEPEDA. 6 TOROS 6 ( ANTIGUO )

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