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domingo, 1 de junio de 2008

Dos toreros de Huelva.

Dos toreros de Huelva tientan en Guateles
Fariña y Silvera disfrutan de su condición de madurez torera en casa de José María Gil Silgado
Que Huelva es distinta no creo sea cuestión de polémica. No hay ninguna otra tribu conocida que haya atravesado la ría hasta trasantier en canoa para ir a la playa, la única del mundo con aguasmalas. Ningún otro linaje conoce camionetas con sesenta y dos asientos de escay para llegar guarnio, y encontrarse frente por frente a un chipichanga, que siempre los ha visto en tos laos.
 
Ninguna otra raza puede padecer andancio, nadie que no sea onubense puede ser más listo que Briján, después de pasar la eterna edad del choco o de la jibia que se empezaba jugando al chicharito lahaba cuando hacíamos la mona de la escuela. ¿Que otro pueblo se alimenta de aguja palá o haba enzapatá? Se habla distinto, se siente distinto y el arte chorrea, el arte del toro, el arte del cante y el arte de fútbol. Pero hay otro arte supremo, idiosincrático del onubense, una forma de ser, sin fullerías, con coñas pero de frente; con guasa, pero con regusto de una jartá de buena gente, de tabernas con un plato de chochos y media limeta en la mesa. El arte de la buena compaña, y la charla sin bullas.
 
Pues de los cuatro puntales del arte (cante, fútbol gusto por la vida y torería), propios de esta tierra de acogida de tantos apátridas como el que suscribe, hubo un montón el pasado jueves en la vecina provincia de nuestro oriente. Sin preparar, casi al relance, se monta un tentadero ancá ese onubense estudiado y entacao que es José María Gil Silgado, anfitrión de primera, sencillo y entrañable en su precioso molino de aceitunas del Aljarafe. Emilio Silvera, torero de dinastía, Jesús de Fariña, torero de arte y pellizco se disponen a tentar en Rebujena Alta, y allí marchamos con los avios de pobrecito hablador. ¿El recibimiento? Espléndido: Isidoro, Mariano, Camino, atienden a los toreros en el cortijo impresionante de José María para que se vistan de corto. La vista se deleita en la espera con el jardín colonial, las tinajas seculares, la colección de coches de caballos y los olivos centenarios de la frentura de la casa.

Las vacas están por apartar, el mayoral tardea y el vaquero falta y allá vamos, entre Cristóbal, el perito Paco Ortiz, el ganadero y este revistero todo terreno de las palabras y las dehesas, se aparta el ganado, fácil la tarea merced a las magníficas instalaciones de que goza la finca, destoconada de eucaliptos, (ocalitos en huelvano) hace apenas dos años y que se va haciendo ganadera, adquiriendo solera y donde siempre habrá un vaso de vino para un onubense.

Gentes, las justas, Alex, ayamontino, pintor impresionista, aficionado práctico y taurino cabal, Javi Guerrero, autor del gol que nos dio tranquilidad al corazón de los recreativistas en ese partido de infarto ante el Valladolid con que nos quedamos en primera (Recreativo oé oé); Guerrero es otro apátrida que se ha identificado con Huelva hasta las trancas. Y ese monstruo del cante y de la vida que es Arcángel, oju oju que arte, ¿se puede obviar “el arte de lo puro” en una historia del flamenco contemporáneo? ¿Pero, es que se puede ser de Huelva sin andar con Ropavieja por una Calle Perdía? Este fenómeno del cante y de la solidaridad que sigue buscando causas, ¡hay tantas! para unir a toreros y artistas, en un partido de futbito que empieza a hacerse clásico en el pabellón de Fuentepiña. Le duele Huelva a Arcángel, le duele en el cante, en el toreo, en el Rocío, en el alma de poeta, me duele que le duela Huelva pero callo… y es que a mi también me duele.

En esta plaza, con este cartel en el albero y el ganado de Guateles en los corrales el asunto o puede salir más que bien.

¿Quien dice qué en Huelva no hay toreros?
 
No ni ná. Me rebelo y miro con fatiga, yo que no puedo despreciar a nadie, al jartible que diga que en Huelva no hay toreros, Si alguien ve a Emilio Silvera fajarse con una erala de embestida bronca y que desbordaba, y tiene la paciencia del buen aficionado de esperar que la pare, la desengañe, la someta y le acabe enjaretando las series más largas que la vaca admitía, cuando el torero del Molino se mete con ella y la vaca se viene arriba con casta y fuerza y, entonces y sólo entonces, el torero la rompe?. Si alguien luego de esta lección de torería me dice que no hay toreros en Huelva, le digo ¡embustero y maldiciente y mentecato y..!saborio! o me callo por respeto. Y si me dice que Silvera es mi amigo y que aquello es una erala y que estamos campeando, le digo… te quiesiya. Aquí hay torero para rato, para que Sevilla o Madrid lo pongan un día y resuelva su amor propio, que la vida ya se la resolverá el bueno de Emilio fuera del toro. Mal anda esto, cuando ha sido capaz de aburrir a Silvera, mal anda esto, cuando el toro no quita ni da lo que quitan y dan los taurinos.

Al ganadero le sirven muchas vacas, no tiene prisas, de las 220 vacas que tiene madreando, va seleccionado con paciencia el ganado que le gusta, bravo de nobleza que transmita, firmes en la muleta y siempre de menos a más, padreando con refrescos de Algarra y Juanpedro, para darle esa chispa que le gusta ver como aficionado fiel de su barrera en la Maestranza., que acudan galopando al encuentro del palo, que repitan, que sean fijas.

De las tres vacas de este mediodía de arte, la segunda es para Fariña. Cola de camada del 5. Dulce de caña de azúcar, y el torero de más formas y maneras de torero que ha parido madre en las dos orillas del mar grande desde que Rodrigo de Lepe gritó tierra, se entrega, se planta artista con el capote, la pone en el peto con soltura y le suplica con cada mirada al ganadero que la libre del caballo, que en esa si que siente que va a gustarse, para sentirse torero. Generoso concede José María ¡¡Ahí la tienes, vamos a verla con la muleta!! Y entonces surge el arte. Manos bajas, despacio todo, sometiendo la dulce embestida, toreo de barbilla en pecho, lances a pies juntos, otros con el compás abierto, desplantes con torería a raudales en la preciosa plaza de traviesas en Rebujena, ¡olé mi Fari que se vuelve a sentir torero! se oye y lo podemos firmar cualquiera de la decena, por que es nuestro Fari., de todos ¿que en Huelva no hay toreros?., no me hagan que pierda las formas. Miren si hay toreros que hasta Arcángel y Javi Guerrero salen a torear con Alex, que es experto en estas lides, y lo hacen con buen son .
 
Decíamos que en cada tienta se descubre una forma de ser ganadero, en casa de José María Gil Silgado se tienta desde la afición, el amor a la tertulia, la sobremesa y el deseo de disfrutar del placer de criar el misterio de la bravura, sin afán de ser el barbero de Utrera, que no afeitaba pero es el padre de esta maravilla de la naturaleza artificiosa del hombre, que es criar toros bravos para hombres de la tierra que se ponen delante y les pueden, cada uno a su forma.

Y el que se pone delante y se para, manda en la embestida, somete la bravura, baja las manos y hace arte efímero de la fuerza unida a la pericia, ese,,,, ese en esta tierra y en toda tierra que se estremezca cuando esto pasa, ese…, aquí y en Pekín, es TORERO por la gracia de Dios. O ¿es que no falta una marea?.

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