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lunes, 5 de mayo de 2008

HUBO ENTENDIMIENTO ENTRE SEVILLA Y PINAR

FOTO: mundotoro.com

Esta tarde en Sevilla ha habido un diálogo entre un torero albaceteño y la plaza maestrante, y se han entendido a las mil maravillas. Este joven torero llamado Rubén Pinar apoderado por Santiago López se ha presentado en Sevilla, y de qué manera. Ha presentado sus credenciales, convenciendo a todo el mundo de que quiere llegar a ser una gran figura dentro del orbe taurino. Tiene el muchacho grandes cualidades, aparte de estar muy preparado y cuajado, no siendo esto habitual por su corta edad. Viene de triunfar en Valencia y en Madrid donde obtuvo el mismo premio que en Sevilla esta tarde. Pasemos pues a dar los detalles: en su primero del hierro de Peralta salió a por todas, y estuvo muy bien con el capote al que toreó a la verónica. Comenzó por el pitón derecho donde se acopló perfectamente a la embestida del burel, dándole la distancia y la velocidad perfecta. Le bajó mucho la mano y tiró del novillo todo lo que pudo. Le dio buenas series, las mejores por ese pitón y aunque lo intentó al natural, el novillo empezó a apagarse y tuvo que irse a por la espada. Mató de estocada sin puntilla y cortó una oreja.
Su segundo llevaba el hierro del Conde de la Maza, un novillo que derribó al caballo y al que Pinar enseñó a embestir sobre todo por el pitón diestro, propinándole varias series donde alargaba el viaje de su oponente, corriéndole muy bien la mano. Protestó un poco más al natural, pero su esfuerzo y disposición, consiguieron sacar faena de donde casi no la había. Mató peor esta vez, y descabelló en dos ocasiones, pero a pesar de eso, el público pidió una oreja que no fue concedida ( a mi parecer decisión acertada de Anabel Moreno ), dando así una vuelta al ruedo.
El sevillano Pepe Moral no tuvo suerte en su lote, aunque a su primero le dio series por ambos pitones no consiguió sacar nada del feo y descompuesto animal, que molestaba mucho dando cabezazos continuamente. Para colmo no mató bien y fue silenciado. En su segundo hubo más de lo mismo, porque fue igual de feo y de molesto, permitiéndole aún menos que su primero, así que después de volver a pinchar, volvió a estrellarse y a no poder sacar lucimiento alguno.
José Carlos Venegas, novillero de Beas de Segura tampoco tuvo suerte en su lote, y se enfrentó en primer lugar a un toro deslucido con el que tampoco se acabó de entregar, a excepción de en la suerte de matar, en la que propinó una buena estocada. Al sexto, otro ejemplar del Conde de la Maza, le dio muletazos por ambos pitones, aunque no transmitía nada, él lo siguió intentado hasta el final, llegando a aburrir a un público que estaba harto de ver una faena tan larga que no decía nada. Se le premió con una ovación por el esfuerzo realizado.


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