Foto Rafa Romero https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10206007329839703&set=pcb.10206007338719925&type=1&theater |
Pero al padre no había que buscarlo ese día en el cielo, el padre llevaba meses de ajetreo. Entrenando este invierno cuando no hay nadie que te hable. Sufriendo los vaivenes del capricho en el sacerdocio más arbitrario del mundo. Anduvo el padre luego haciendo los carteles, en el campo, con dos ángeles veedores eligiendo lo que embestía, y en la hora mansa de la siesta fue el padre quien veló silente a su hijo. El padre, en la discreción de que siempre hizo gala, anduvo entre capotes y quites en la faena y en la salita de estar de la casa, con la mano cogida de la madre, rezando en silencio a los dioses del toreo. Y en el momento cumbre de la estocada, empujando, estaba el padre.
Y en ese instante en que salía a hombros y en que, ansioso de cariño, la mirada buscaba en el cielo, en ese momento, como siempre, había que buscar al padre en el corazón. La gente que amamos está siempre en nuestro corazón. Hasta cuando ese corazón ha cortado un rabo en la plaza de tus compartidos sueños
Enhorabuena Javier. Realmente bonito y emotivo.
ResponderEliminarUn saludo.