Y un hijo de puta publica esto. Empiezo a estar tan asqueado que vomitaría sobre toda esta bazofia. La memoria de un hombre bueno no pude ser mancillada sin que nadie haga nada.
En forma de homenaje mirad como despidió Matias Antolín a su mujer
Esto no lo sabe hacer el repugnante autor del twett
Yo no sé de qué me quejo si lo que a mí me da vida
es esta pena que tengo….
Me tocó la lotería con ella
y ahora me tocó el Gordo de la tristeza...
No sé si me sobran penas
no sé si no se contar
que siempre que cuento penas
me salen penas de más…
Cuando no hay viento, habrá que remar.
«El día que yo me muera
quiero estar vivo
para saber si al entierro van mis amigos…
Viva Ingrid
La vida consiste en huir detrás de un sueño que no existe. Al final te ovacionan y sacan en hombros, pero no como a José Tomás, sino como a un muerto. La única razón de vivir es la muerte. Toda mujer es del que sabe soñarla. Después de cinco meses en el andén de despedida, acompañado de mis sobrinas Elena y Laura (que tanto la querían), del resto de familia y de una inmensidad de amigos, el pasado 28 de septiembre, dijo adiós a la vida mi esposa Ingrid. No sé si aguantaré este socavón en mi vida. Me dice Antonio García Barbeito que tendría que haber un cementerio para los vivos muertos de amor. («Si lloramos de alegría, ¿por qué nunca reímos de pena?»). La vida es letal, siempre termina matándote. Me crispa las entrañas hablar de la muerte, pero pienso en mi querida esposa Ingrid que acaba de darme el título de viudo. A veces me pregunto: ¿para qué poner tapias a los cementerios, si los que están dentro no pueden salir y los que están fuera no quieren entrar? No sé si escribo para prorrogar la vida de Ingrid, o para prologar su muerte. Sé que no creo en la muerte, porque como dijo Woody Allen, uno no está presente para saber si en efecto ha ocurrido. Si el sueño es una sinopsis de la muerte, habrá que seguir soñando que estamos vivos. A nadie he querido tanto. Nadie me ha querido tanto. Ha sido una suerte compartir mi vida con ella. (Gracias hermana, cuñado, Almudena, Melchor, Chelo, Victoria, Sagrario, Tino, José Tomás, Carlos Julio, Mariló, Herrera, Marki, Marta, Jaime, Iciar, Bea, Sagrario, Pablo, Treisi, Chimo, Marisa, Eva, Patricia, Charo, Cecilia, Poli, Alfonso, Paco, Lorena, Angelito, Annette, Gilbert…; gracias, insisto, por la emotiva despedida que le habéis dado). Ingrid ha demostrado saber ser y estar en circunstancias muy difíciles… Siempre ha guardado la tristeza para ella y ha compartido su felicidad con su familia y sus amigos. Siempre tenía una sonrisa complaciente, un gesto afectuoso, mientras pisaba de puntillas la alfombra de la vida sin pisotear a nadie. Sabía que la pasión amorosa es la única locura socialmente consentida. Rota de emociones últimamente soñaba que la vida sin amor es como una guitarra sin cuerdas. Yo no temo más que lo que amo, dijo él. Yo no amo más que lo que temo, dijo ella…. «Pensamiento mío, vete a buscarla / Si se niega a venirse, / Pensamiento, róbale el alma»... Tengo seco el corazón de haber llorado tanto. Mis lágrimas son los ríos que van a dar al AMAR.
O este otro del mismo día
La luz se ve mejor desde la oscuridad. Una llave no sirve para nada si no encuentra su cerradura. Siempre se necesita una Penólepe para llegar a Ulises. Hoy Ingrid, por primera vez en tantos años, no leerá este artículo. Sabe que le di las flores antes de su funeral. La prometí que iba a escribir esta semana del paro, pero se paró el reloj de su existencia. Su muerte tiene sentido porque lo tuvo su vida. Me siento viajero sin equipaje que navego solo desde mi naufragio y las soledades me devoran. Aunque Borges dijera que la memoria está hecha de olvidos, nada hay más terrible que olvidar. El tiempo no lo borra todo y recordar es como vivir hacia atrás. Por definición, es imposible perder un imperdible, pues yo he perdido el que sujetaba un manojo de sentimientos con mi esposa Ingrid Waizenegger. Hace frío en las papeleras de mi casa donde agoniza el corazón del tiempo en papeles manchados de tinta por Ingrid. Intento desenredar sus recuerdos y remendar los rotos de mi memoria. Hay que sentir el fuego de la pasión en la llama, no en la ceniza. Es mejor quemarse que apagarse lentamente… «Serán cenizas , más tendrán sentido»… En este paseo por el amor y la muerte, siento un sosiego de escalofrío. Sigo de palique con mi sombra. Asombrado de mi romanticismo. Sucedió. Nadie lo supo remediar. (La muerte te llamó y la abriste el balcón. Mi vida contigo ha sido un sueño, sin ti, es una pesadilla). Estos meses he masticado pena y comido dolor con lágrimas de guarnición.
«Si muero, dejad el balcón abierto» (Lorca). Abro el balcón y sacudo el polvo a todos los rincones de mi corazón roto. Vivo para escribir lo vivido. La muerte no tiene pasado ni futuro, sólo de «cuerpo presente». Nos cortan el cordón umbilical para nacer y el hilo de la vida para morir. Me consuelo pensando que aún no han talado el árbol de donde sacarán la madera para mi ataúd... Yo no sé de qué me quejo / si lo que a mí me da vida / es esta pena que tengo…. Me tocó la lotería con ella y ahora me tocó el Gordo de la tristeza... No sé si me sobran penas / no sé si no se contar / que siempre que cuento penas / me salen penas de más… Cuando no hay viento, habrá que remar. «El día que yo me muera / quiero estar vivo /para saber si al entierro van mis amigos… El mosto la amistad que destilaba Ingrid entre la gente me embriaga de sentimientos. El río del amar es la aorta que mantiene vivo el latido de mis ilusiones. Juntos, llenamos los años de vida, y no la vida de años. Sólo la muerte podía separarnos. Nunca perdí por la fuerza / sólo el amor me ha vencido... No sigo, no sea que tenga una riada de lluvia de ojos, una inundación de emociones. Ingrid con su cáncer a cuestas durante cinco meses, ha estado callada, rumiando su impotencia, en un atasco de sentimientos, viendo pasar lo que pensaba…Nadó en el vacío de este mar de amar donde naúfrago fui antes que navegante. Amar quizá sea una pregunta cuya respuesta no existe. Si yo fuera poeta, diría que la vida sin amor es solo prosa. Me callo como si el último beso a la mujer que amé me cerrara la boca.
Para mi y otros muchos amigos de Alar del Rey ha muerto "Matiucas".
ResponderEliminarHoy un escritor con talento, hecho a si mismo con mucho sacrificio y esfuerzo que salió de su pueblo a la aventura, abriéndose camino como pudo, incluso pasando por maletilla para ganarse la vida en aquellos años sesenta y tantos.
Si, era buen hombre, que supo andar su camino saltando al tropezar, para avanzar más.
No se merece tweet de calibre tan asqueroso e inmoral.
Estos comentarios públicos, hacen pensar que quizás es verdad que algunas personas están más cerca de parecer animales nacidos con el solo propósito de la maldad, es decir nacidos para joder al prójimo.
José María Diez.
Presumía de palentinismo, taurino, romántico, escribía como los ángeles. La vida es muy injusta y una muestra de ello es esto. Se le va a echar mucho de menos. Descansa en paz amigo
EliminarUn hombre bueno , inteligente, extraordinario, nadie podrá empañar su memoria...gente hay mucha, personas pocas.
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