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miércoles, 29 de abril de 2015

Sevilla 2015. Una buena feria. No la mejor feria.

Ya pasó, como un lance largo del capote de Morante. Apenas un largo olé, entre sorteos, tertulias, toros, más tertulias, ahora los premios. Queda el análisis y, al relance, decimos: una buena feria.
Figuras de siempre

-¿Buena compadre, sin cuatro de los que mandan, con entradas escasas en farolillos, sin una sola Puerta del Príncipe a pié que echarnos al recuerdo...?

- Una buena feria, digo, donde al hecho de que cuatro toreros no han querido estar se ha impuesto cierta normalidad.

- A ver, argumenta

.- Me pongo a ello. Te digo lo mejor

Las entradas. Cuatro llenos, otras cuatro muy buenas entradas. Superando en un 40% los aforos del año pasado. Tenía razón quien me decía que, en la Maestranza, Manzanares era el torero del tirón taquillero, por encima de un distante Morante y muy alejado de Juli. Los otros dos de cuatro, Perera y Talavante, muy grandes toreros, adornan, pero sencillamente no llevan gente.

- Los toros. Mejor nota media de lo que estamos acostumbrados en seriales. Tres encierros muy importantes de un total de doce y de encastes muy diversos. Núñez del Cuvillo, Fuente Ymbro y Victorino y  otros cuatro aprobados sin duda, Miura, Cayetano Muñoz, Jandilla, Juan Pedro-Parladé. Echaron toros sueltos en encierros malos El Pilar y Victoriano del Río y fracasaron con estrépito Montalvo y Torrestrella.

- Los toreros. Marcó la pauta Espartaco que tuvo arrestos de figura y desde el cartel hasta el resultado marcó la tendencia de la feria. Salen reforzados toreros como Manzanares que falló a espadas faenas que llegaron mucho a "su" público. Escribano, que parece haber encontrado su sitio, Ferrera, otra vez cumbre con un toro de Victorino, Pepe Moral, que dejo el pabellón muy alto con cuatro toros inservibles. Dejaron ganas de seguir viéndolos Borja Jimenez y Garrido. Emotivo el gesto y la actitud de Dávila Miura. Finito, al máximo de lo que se le puede exigir en este momento procesal. En el vagón de los que deben decidir su triunfo Adame que demostró quien es allá,  Nazaré que volvió a cortar oreja de un toro premiado,  unos desafortunados en los sorteos Esaú Fernández y Javier Jiménez o un triste Oliva Soto  En el el vagón de cola el resto de los matadores con un preocupante Cid, un absurdo Paquirri, unos reiterados Luque y Castella, un desacoplado en el sur Fandiño, un mejorable Lama,  un Abellán que sigue y sigue como Galvan o un inexplicable Saldivar.

Caras nuevas
Una buena feria decimos. Seguramente por que no se nos quita de la memoria  la histórica ruina del pasado año, la peor feria de Sevilla de la historia. La televisión ha ayudado a su repercusión. El punto negro será sin duda la asistencia de público Para el aficionado el precio desmesurado de las entradas, sobre todo fuera de farolillos o de los carteles menos rematados. Para la empresa lo peor será el abono, suponemos que mantenido en el entorno de los 2400 del pasado año. Las entradas en las novilladas de abono marcaran la pauta.

Una situación empresarial con cierta inestabilidad tras las dos últimas especiales ferias. Parece que este año el apoyo del arrendador no ha sido el esperado por la empresa, a pesar de que se habla de unos retoques en el contrato entre Pagés y Maestranza... . Se cuenta que puede haber cambios en la primera línea de fuego por parte de Pagés. Eduardo Canorea ha estado todo el serial un paso por detrás del protagonismo, su hija Laura, una nueva generación, apunta maneras. Nos dicen que empresa y Juli ya se han mirado a los ojos sin intermediarios, se dice de recortes en gastos...

El tiempo nos dirá, pero la feria nos ha dejado mejor sabor de boca. El modelo no es sostenible. Espartaco hay uno y ya está más que amortizado. Esperemos que el año sea tranquilo, que el otoño calme los ánimos y que el invierno que viene se geste una feria mejor que esta del 2015. Y luego que los toros embistan y los toreros sepan cuajarlos.

Ha muerto la feria. ¡Viva la feria!

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