A los Lozano les desbarataron, no se sabe por qué motivos, el cartel de figuras en Bilbao. Saltando Enrique Ponce por los aires y esquivando Miguel Ángel Perera su ganadería talismán. Los Lozano, que son brujos de Toledo, sin figuras, echaron una corrida para figuras del toreo. La venganza de Moctezuma: a las jóvenes y no tan jóvenes promesas de la Comisión Taurina -loable apuesta- les pasaron los alcurrucenes como una apisonadora. Los nombres de Joselito Adame y Juan del Álamo se agarraron a una oreja por cabeza como escapatoria relativa con toros de triunfo incontestable; al pobre Paco Ureña aquello le vino como un traje a rayas XXL.
Quedó en la memoria de Vista Alegre un santoral de toros: 'Afectuoso' (4º) y 'Empeñado' (5º); 'Alcaparrito' (3º) y 'Manchego' (2º). Y apurando el cornalón 'Palillo' (6º). Sólo 'Segoviano' (1º) se escapó de puntuar con sus sacudidas al palillo apoyado en las manos en una guerra valerosa de toma y daca con Ureña. O sea, un corridón. La duda viene entre quedarse con 'Afectuoso', que era una paleta de pelaje -negro chorrerado, bragado, girón, listón y puede que calcetero-, bravo, repetidor, humillador y revolucionado, o con 'Empeñado', colorado, hondo, aquí abajo colocado de cara, redondo, de un ritmo sostenido acongojante -esa es la bravura-, con el hocico arando la negra arena y un pitón izquierdo desbordante en su inmensidad. Astifinos todos los alcurrucenes con un trapío muy Núñez, que también es encaste minoritario, o el más corto, capullos, pero en manos sabias.
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