Viernes, 6 de juniio de 2014. Seis toros de Victorino Martín, de desiguales hechuras. En tipo y bellos primero y tercero, que fueron, uno en estilo y bondad, y el otro en casi fiero, los mejores de la corrida. El sexto, descaderado, inválido. Mirón y frenado, el segundo midió viajes. Incierto, agresivo y peligroso el quinto. Todos, salvo el sexto, aplaudidos de salida y en el arrastre.
Uceda Leal, pitos en los dos. Antonio Ferrera, silencio tras un aviso y pitos. Alberto Aguilar, saludos y silencio.
Herido de gravedad Manolo Rubio cuando pretendía apuntillar al quinto toro. Excelente brega de Rafael González.
DOS DE LOS TOROS de Victorino estuvieron muy definidamente en el tipo y la línea de Saltillo. Primero y tercero. De mucha viveza el uno, de bravo temperamento el otro. Cárdeno claro aquél, cárdeno oscuro este otro. El hábito no hace al monje, dice un viejo refrán. Ni la pinta a un toro. Pero las hechuras, dicen los toreros, no engañan. Esos dos toros fueron los de menos peso y mejor remate. Aplaudieron de salida a todos los toros salvo al último, pero la ovación para primero y tercero tuvo particular acento.
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