Torero en la más amplia acepción del término, el concepto de José Antonio Morante Camachorebasa hasta dejarlo en anécdota la manida catalogación de "artista". Su filosofía amalgama el toreo más etéreo con el mayor ajuste, el detalle más pinturero con el muletazo más profundo, el asentamiento con el toreo alado, la hondura con el ritmo y, todo ello, inspirado en las fuentes sevillanas en las que ha bebido el genio de La Puebla del Río.
Fue una vez tomada la alternativa en Burgos en 1997, de manos de César Rincón, en presencia de Fernando Cepeda, cuando su historia se enriquece. Al año siguiente confirmó en Madrid y triunfó apoteósicamente en Sevilla pero es en 1999 cuando su estrella comienza a brillar con fuerza. Abrió la Puerta del Príncipe e interpretó el toreo con inusual regularidad, pero dos percances a destiempo pospusieron su ascensión hasta el año 2003.
Amigo de profundas reflexiones, se apartó de los ruedos en 2004 y 2007 para volver más sublime e inspirado. En 2007 se encerró en solitario con seis astados en la Corrida de Beneficencia, protagonizando una lidia histórica a un toro de Cuvillo. En la Feria de Sevilla de 2009 además de anunciarse con 'victorinos' interpretó una faena cumbre a un toro de Juan Pedro Domecq, ganadería con la que firmó el mejor toreo de capa de los últimos tiempos en Las Ventas.
En 2011 tuvo tardes memorables en Vistalegre, Jerez o El Puerto y cuajó una inolvidable faena al toro 'Cacareo' de Cuvillo en Bilbao. El pasado año sufrió una grave cornada en Huesca, aunque reapareció cortando tres orejas en su encerrona en solitario en la Goyesca de Ronda. Pasó por Madrid y Sevilla sin fortuna, pero dejó faenas inspiradas en Córdoba, Huelva, Logroño o Pontevedra.
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