Peña Taurina y Cultural “Luis Vilches” (ZUFRE)
Segunda conferencia del noveno ciclo: “
Ponente: Don Guillermo García- Palacios
!Las causas del plante de cinco toreros que “ya están ricos” y que pueden poner condiciones hay que buscarlas en la comodidad confirmada de los maestrantes, en los malos modales de la empresa y en la rebelión de figuras consagradas"
!Las causas del plante de cinco toreros que “ya están ricos” y que pueden poner condiciones hay que buscarlas en la comodidad confirmada de los maestrantes, en los malos modales de la empresa y en la rebelión de figuras consagradas"
El
primer día de febrero ha tenido lugar la charla-coloquio del ganadero onubense
Don Guillermo García-Palacios, quien fue presentado por la presidenta de la
Peña Doña Guadalupe Duque, en el salón de actos del Ayuntamiento de Zufre.
García-Palacios
justificó su presencia atendiendo a que la ganadería de Albarreal pasta en el
término municipal de la localidad y al interés mostrado por Francisco Javier
Maya, coordinador del ciclo, a la hora de solicitar su participación.
Tras
comentar la procedencia de la ganadería (Marqués de Domecq y Juan Pedro, vía
Pereda), justificada en la búsqueda de un toro de volumen, precisó su apuesta
por un ganado “torerista” del gusto de quienes mandan en el escalafón de
matadores. El toro noble y obediente es el objetivo, aunque los sinsabores no
faltan en la trayectoria ganadera: “El hombre propone, Dios dispone y el toro
descompone”. Abundó el ganadero en la necesidad de un trabajo basado en la
humildad y en la constancia.
En
la historia reciente, destacó García-Palacios la cría de siete u ocho corridas
de toros para esta temporada con una camada de sesenta toros a partir de
doscientas veinte vacas y veintiún sementales, y recordó que en la pasada
veinte toreros de los veinticinco que lidiaron sus toros resultaron
triunfadores. Sin duda, los momentos dulces presentes avisan de un futuro
interesante.
A
continuación, repasó el ganadero los fundamentos de su tarea: el campo, los
veedores, las empresas taurinas y los toreros; sin olvidar a los aficionados.
Hizo un guiño al respetable al proclamar su interés por anunciarse en Zufre al
igual que en Huelva porque “sería interesante triunfar en la tierra de uno”.
Además tuvo a bien invitar a los miembros de la Peña “Luis Vilches” a conocer
los toros de Albarreal en el campo.
La
alusión a la crisis económica no podía faltar en los tiempos que corren. Los
costes de la organización de los espectáculos taurinos dañan a la fiesta. El
paso de Interior a Cultura es esperanzador, pero hasta la fecha no ha dado
fruto. La administración debe velar por el mundo taurino: la contribución
económica con empleos e impuestos, así como
la pervivencia del ecosistema de la dehesa justifican que “se pringue”.
La
llamada Fiesta Nacional se hace con toreros, empresarios y ganaderos que han
apostado por el toro de mayor bravura y volumen de la historia al exigirse un
animal que repita y alcance hasta los ochenta muletazos; pero existe un mal que
convendría erradicar: el celo en la defensa de una intimidad que no permite dar
a conocer la dehesa. Hay un camino: facilitar la presencia del aficionado y del
público en el campo para conocer la raza y su vida.
Los
empresarios también deben modernizarse. No son aconsejables ni el hermetismo,
ni las cortapisas para entrar en los circuitos tanto de ganaderías como de
toreros. El conservadurismo a la hora de confeccionar carteles por parte de las
empresas, así como la falta de riesgos de apoderados y toreros al elegir
ganaderías tampoco favorecen el cambio y el progreso. En los últimos años, los
carteles son idénticos en plazas de tercera y de primera.
La
actualidad sirvió de referente para concluir la conferencia. La feria sevillana
sirvió como ejemplo de las dificultades por las que pasa el espectáculo
taurino. Mantuvo García-Palacios que el
caso da ya para “tres libros” y por derecho fijó su posición al
respecto: las causas del plante de cinco toreros que “ya están ricos” y que
pueden poner condiciones hay que buscarlas en la comodidad confirmada de los
maestrantes, en los malos modales de la empresa y en la rebelión de figuras
consagradas. Parece que no se trata de un órdago: el desacuerdo se confirma y
habrá feria sin primeros espadas. La falta de acuerdo traerá la retirada de
abonados, no se sabe si una bajada del precio de abonos y entradas, y una feria
sin figuras. Cerró la reflexión apelando al diálogo, pero sin esperanzas de una
reconducción del conflicto.
Ya
en el coloquio, la permanencia de Pagés en la Maestranza, la vuelta de los
toros a Barcelona y la transferencia del control del espectáculo a Cultura
fueron los asuntos tratados.
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