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miércoles, 5 de febrero de 2014

"La ganadería de Albarreal y el momento de la Fiesta” en Zufre por Guillermo García Palacios


Peña Taurina y Cultural “Luis Vilches” (ZUFRE)
Segunda conferencia del noveno ciclo: “
Ponente: Don Guillermo García- Palacios

!Las causas del plante de cinco toreros que “ya están ricos” y que pueden poner condiciones hay que buscarlas en la comodidad confirmada de los maestrantes, en los malos modales de la empresa y en la rebelión de figuras consagradas"
                El primer día de febrero ha tenido lugar la charla-coloquio del ganadero onubense Don Guillermo García-Palacios, quien fue presentado por la presidenta de la Peña Doña Guadalupe Duque, en el salón de actos del Ayuntamiento de Zufre.
                García-Palacios justificó su presencia atendiendo a que la ganadería de Albarreal pasta en el término municipal de la localidad y al interés mostrado por Francisco Javier Maya, coordinador del ciclo, a la hora de solicitar su participación.
                Tras comentar la procedencia de la ganadería (Marqués de Domecq y Juan Pedro, vía Pereda), justificada en la búsqueda de un toro de volumen, precisó su apuesta por un ganado “torerista” del gusto de quienes mandan en el escalafón de matadores. El toro noble y obediente es el objetivo, aunque los sinsabores no faltan en la trayectoria ganadera: “El hombre propone, Dios dispone y el toro descompone”. Abundó el ganadero en la necesidad de un trabajo basado en la humildad y en la constancia.
                En la historia reciente, destacó García-Palacios la cría de siete u ocho corridas de toros para esta temporada con una camada de sesenta toros a partir de doscientas veinte vacas y veintiún sementales, y recordó que en la pasada veinte toreros de los veinticinco que lidiaron sus toros resultaron triunfadores. Sin duda, los momentos dulces presentes avisan de un futuro interesante.
                A continuación, repasó el ganadero los fundamentos de su tarea: el campo, los veedores, las empresas taurinas y los toreros; sin olvidar a los aficionados. Hizo un guiño al respetable al proclamar su interés por anunciarse en Zufre al igual que en Huelva porque “sería interesante triunfar en la tierra de uno”. Además tuvo a bien invitar a los miembros de la Peña “Luis Vilches” a conocer los toros de Albarreal en el campo.
                La alusión a la crisis económica no podía faltar en los tiempos que corren. Los costes de la organización de los espectáculos taurinos dañan a la fiesta. El paso de Interior a Cultura es esperanzador, pero hasta la fecha no ha dado fruto. La administración debe velar por el mundo taurino: la contribución económica con empleos e impuestos, así como  la pervivencia del ecosistema de la dehesa justifican que “se pringue”.
                La llamada Fiesta Nacional se hace con toreros, empresarios y ganaderos que han apostado por el toro de mayor bravura y volumen de la historia al exigirse un animal que repita y alcance hasta los ochenta muletazos; pero existe un mal que convendría erradicar: el celo en la defensa de una intimidad que no permite dar a conocer la dehesa. Hay un camino: facilitar la presencia del aficionado y del público en el campo para conocer la raza y su vida.
                Los empresarios también deben modernizarse. No son aconsejables ni el hermetismo, ni las cortapisas para entrar en los circuitos tanto de ganaderías como de toreros. El conservadurismo a la hora de confeccionar carteles por parte de las empresas, así como la falta de riesgos de apoderados y toreros al elegir ganaderías tampoco favorecen el cambio y el progreso. En los últimos años, los carteles son idénticos en plazas de tercera y de primera.
                La actualidad sirvió de referente para concluir la conferencia. La feria sevillana sirvió como ejemplo de las dificultades por las que pasa el espectáculo taurino. Mantuvo García-Palacios que el  caso da ya para “tres libros” y por derecho fijó su posición al respecto: las causas del plante de cinco toreros que “ya están ricos” y que pueden poner condiciones hay que buscarlas en la comodidad confirmada de los maestrantes, en los malos modales de la empresa y en la rebelión de figuras consagradas. Parece que no se trata de un órdago: el desacuerdo se confirma y habrá feria sin primeros espadas. La falta de acuerdo traerá la retirada de abonados, no se sabe si una bajada del precio de abonos y entradas, y una feria sin figuras. Cerró la reflexión apelando al diálogo, pero sin esperanzas de una reconducción del conflicto.
                Ya en el coloquio, la permanencia de Pagés en la Maestranza, la vuelta de los toros a Barcelona y la transferencia del control del espectáculo a Cultura fueron los asuntos tratados.

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