Casualmente ese mismo, día Romero recogía del taxidermista las dos orejas que cortó en las pasadas colombinas en presencia de Hermoso de Mendoza y Diego Ventura, precisamente al toro de Terrón que cerraba el festejo.
Su gente las había guardado como recuerdo de la tarde más importante de la prometedora carrera del escacenero y quiso la casualidad que coincidieran en el tiempo ambos hechos. A lo mejor es una señal de que este año el rejoneador onubense va a matar muchas del hierro de toros criados en "El Fresno", lo que sería evidencia de que torea en plazas importantes y con carteles de postín.
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