Una retirada a tiempo nunca fue una derrota, más aún si cuando quien la plantea es capaz de decir "no se si he tenido cojones, pero condiciones, sí"
Sergio Marín, matador de toros, lo ha intentado, lo ha intentado con toda su fuerza, ha apostado su juventud, se ha jugado la vida y ha cobrado. Ha tenido oportunidades, y no ha pasado nada. Excusas siempre hay, motivos siempre existen, pero cuando llega la noche, el hombre debe hablar consigo mismo, y con la compañera de viaje que duerme al lado, y con la profesión que ama y entonces...., si no lo ve claro, si no entiende que hay que jugarse la vida cada tarde sin matices, sin reservar nada en cada lance, entonces, lo honrado es quitarse.
Quitarse no es lo fácil, lo fácil es seguir, vegetar, seguir firmando como torero dos tardes por año. Dormitar en la inacción aparentemente digna que permite que te vean y seguir viendo el futuro a través del cristal difuso de la posibilidad de que un día uno te meta la cara y tu seas capaz de dejarle la muleta veinte veces en los morros sin mover el alma en dirección a esa niña de dos años que .te puede.
Entonces lo honrado es quitarse, y lo grande, es quitarse sin rencor, sin odiar el mundo que te ha aportado la posibilidad de formarte como hombre, de crecer como persona y de hacerte torero. Por que si te vas así, torero lo vas a ser siempre, y de los buenos.
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