Una penosa y canalla enfermedad ha segado la vida de Manolo Puga
novillero de Huelva que rozando los años sesenta alentó grandes esperanzas en
la Huelva taurina. Ya se habían consolidado como figuras Litri y Chamaco y fue
precisamente el apoderado y lanzador de este último, el taurino sevillano
Miguel Moreno, el que un día en un tentadero
en la ganadería trigereña de Gerardo Ortega quedó asombrado de la
firmeza y desparpajo que con una vaca cuatreña andaba un muchacho de Huelva,
tanto fue así que Miguel Moreno, prestigioso taurino por aquel entonces, le
propuso apoderamiento sin más dilación, lanzándole una propaganda taurina que
causó cierta perplejidad a los más suspicaces. La propaganda en forma de cartel
anunciador que se colocó en escaparates de comercios y fachadas de la capital,
decía “MANOLO PUGA EL TERCER HOMBRE DE HUELVA”, obviamente se refería al que
detrás de Litri y Chamaco, venía a ser el continuador de la zaga torera de
Huelva.
Pero tanta fue la confianza que suscitó Manolo Puga en su reciente apoderado, que éste sin más, tras algún que otro tentadero que fuera contribuyendo a su preparación, tuvo el atrevimiento a pesar de su bisoñez torera de ponerlo en dos novilladas con picadores una en Barcelona y la otra en la feria de Málaga, ambas nada más y nada menos que con Curro Romero y Diego Puerta en los carteles. Como no podía ser de otra forma dado su escaso oficio las dificultades se multiplicaron. Luego siguió algún que otro festejo menor, hasta que Manolo Puga como tantos otros vio truncadas sus ilusiones por ser torero y tuvo que dejarlo, pero eso sí, jamás buscó amparo ni excusas a los reveses que pararon sus ilusiones, si no que con esa apabullante humildad que en vida le caracterizó, decía, “no hay que darle más vueltas, no serviría para esto”.
No servirías para ser torero Manolo, pero has muerto siendo torero.
Descansa en paz.
Pero tanta fue la confianza que suscitó Manolo Puga en su reciente apoderado, que éste sin más, tras algún que otro tentadero que fuera contribuyendo a su preparación, tuvo el atrevimiento a pesar de su bisoñez torera de ponerlo en dos novilladas con picadores una en Barcelona y la otra en la feria de Málaga, ambas nada más y nada menos que con Curro Romero y Diego Puerta en los carteles. Como no podía ser de otra forma dado su escaso oficio las dificultades se multiplicaron. Luego siguió algún que otro festejo menor, hasta que Manolo Puga como tantos otros vio truncadas sus ilusiones por ser torero y tuvo que dejarlo, pero eso sí, jamás buscó amparo ni excusas a los reveses que pararon sus ilusiones, si no que con esa apabullante humildad que en vida le caracterizó, decía, “no hay que darle más vueltas, no serviría para esto”.
No servirías para ser torero Manolo, pero has muerto siendo torero.
Descansa en paz.
Huelva 18 Octubre 2.013
Alfredo Buendía
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