Lo cuenta hoy Abc.
La moderna Europa mantiene y promulga absurdas leyes. Analicemos las más jilipollas de todas
En dinamarca, donde algo huele a podrido, existe la precavida prohibición de poner en marcha el vehículo si hay alguien debajo de él.
No se quedan atrás en Noruega donde no se pueden capar perros ni gatos, pero si el resto de bichos, cuestión de clase, supongo
La localidad británica de Lancashire cuenta con una original ley que prohíbe incitar a ladrar a un perro si un policía te para a la orilla del mar
Una curiosa ley sueca obliga a los ciudadanos a solicitar una licencia para poder repintar su casa
En Italia, ¿que sería del mundo sin Italia? al sur, en Tropea, existe una norma que impide a las mujeres «gordas, feas o poco atractivas mostrarse desnudas en la playa», me he librado, por que nací del otro sexo
En Alemania, ese simpático país que permitió a millones de bávaros y a otros cuantos millones de barbaros disfrazarse de nazis durante años, prohibe sin embargo pasear con máscara por la calle.
¿Y la France? Orgullosa e imperial que 192 años después de la muerte del enano corso, sigue estando prohibido llamar Napoleón a los cerdos.
Y España, que si se pone a a hacer el jilipollas se lleva la palma, consiente que en Cataluña, donde está mal visto hablar la lengua oficial en los recreos, (el castellano creo que es lengua oficial, incluso en los recreos) y no se pueden celebrar corridas de toros, pero si Bous al carrer, castellers, comer bocatas de foie-gras o un conejo de campo con rovellons con la Montse en una masia de cerdos blancos, que en un alArde de liberalismo, SI SE PUEDEN LLAMAR NAPOLEÓN
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