Miguel Ángel Silva
continúa su proceso de puesta a punto. Ayer volvió a torear en el campo, en
esta ocasión tentando en la finca
‘Dehesa Nueva’, en la que pastan las reses de la ganadería de Guadajira propiedad de Ángel
Muñoz.
El joven novillero que a finales del pasado mes de diciembre fue
dado de alta por los rehabilitadores que le han estado atendiendo en una
conocida clínica sevillana del gravísimo percance que sufriese en la plaza de
El Hoyo de Pinares, prosigue de esta forma con los tiempos que se ha marcado
para estar a tope física y mentalmente de cara a su esperado debut con
picadores, cuya meta se ha marcado desde un principio.
A la finalización de la
tienta ha manifestado que las sensaciones que está teniendo delante de la cara
de los animales, con los que se ha ido ajustando en estos días, están siendo
muy satisfactorias. Incluso mejor de las que él mismo esperaba después de la
inactividad.
En cuanto al aspecto
físico está al cien por cien ya que el trabajo de recuperación que ha seguido en
Sevilla ha sido especialmente duro pero ha dado los frutos buscados. Por lo que
ahora solo le queda seguir cogiendo la
forma en cuanto a la técnica yendo al campo, tal y como lleva haciendo desde
hace unos días, con el claro objetivo de llegar con el rodaje óptimo a la feria de Olivenza.
En la tarde de ayer estuvo
acompañado del matador segedano Antonio Muñoz y el banderillero José Luis
Sierra, que han estado en todo momento pendientes de su evolución y apoyándole
en este periodo.
Una
vez más el torero tuvo palabras de agradecimiento hacia las personas que más se
han interesado por su estado, con especial significación para la familia Muñoz
y los maestros Antonio Ferrera y Alejandro Talavante, así como hacia todos aquellos
ganaderos que le están abriendo las puertas de sus casas para que pueda tentar
y prepararse concienzudamente.
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