Importante tarde del nazareno en la Maestranza, donde tras ocho paseillos y cinco orejas, es justo decir que se ha ganado el respeto de todos y un sitio. Ya dejó patente sus ganas en el segundo de la tarde cunado en su turno de quites los hizo por ceñidas chicuelinas. Al castaño de pereda, lo vio pronto, lo toreró primorosamente con la capa, lo cuido en la lidia y tras brindar a su padre se puso a torearlo sin probaturas, por derecho como gusta aquí, bueno, aquí y en toda tierra de toros. La mano muy baja, la suerte muy cargada, el temple muy acompasado y el remate muy atrás. Por la izquierda firmó una antología del natural, despacioso, profundo y puro, El toro tenía un tranco excelente y humillaba sin pudor, perfecto maridaje, las ganas de un torero y la bravura noble de un toro, Un poco tendida la espada y la mala suerte le quitaron las dos orejas que se quedó en una incotestable. Al sexto, supo cuidarlo, hacerlo embestir, no exprimirlo, reposo entre tandas, sin atropellarse, en maestro consolidado, Aprovechó las condiciones del animal y pudo haber cortado una oreja de oficio a este toro si no falla con la espada.
Curro DIaz enlotó con mala fortuna, el primero era un toro bronco, agarrado al piso, que no acababa de pasar con claridad, supo abreviar el matador que toreaba esta tarde por primera vez en Sevilla durante la presente temporada . En el cuarto se gustó más el de Linares, en una faena bien estructurada, imporatante, propia de la profesión y el sentido estético de este torero. El animal claudicó a media pelea.
Matias Tejela no tuvo su tarde en Sevilla. Al primero de su lote lo anduvo sobando y cuando quiso empezar a torear no tenía enemigo. Al quinto, un toro de embestida muy descompuesta, protestón y "largón" el cárdeno, pero noble. El madrileño le planteó una faena que no remontó, El viento no ayudó y no supo Tejela cuajar la faena que el toro requería
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