Prieto de la Cal, bravura sin premio
Cuatro novillos en una plaza de tercera. Poco, pero es lo que se le permite a una ganadería histórica en el mundo taurino de hoy. Los veragüeños de Prieto de la Cal sacaron nobleza pero también bravura y picante a partes iguales. En la plaza navarra de Lodosa disfrutaron pese a la escasa experiencia de los novilleros que apenas aprovecharon sus lotes.
Cuando se habla de ganaderías con castas históricas, diferentes y apartadas del circuito de primera, el tópico dicta hablar de su raza, su casta, su emoción indómita. Y con ello sólo contribuimos a alimentar el mito del torismo a ultranza. La realidad es que hay castas y hierros aparte del Tamarón-Domecq que también derrochan suavidad, entrega y embestidas humilladas.
Un triunfo en una plaza de tercera no cambia nada. Pero es de justicia decir la verdad. Prieto de la Cal tiene lo que los toreros buscan: entrega y nobleza. Sólo falta que algún valiente quiera sacarlos del gueto dónde la comodidad de unos y la ignorancia de otros los ha sumido.
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