Juli busca notarios que den fe, poetas que lo canten.
Notarios que den fe
busca Juli, que den fe de su verdad, de su guerra sin cuarteles del miedo o la
complacencia, de sus ganas de ser torero, de su raza, de que no se mueve cuando
viene el miedo con los pitones de muerte, poetas que glosen al macho alfa, al
Decartes de la filosofía taurina del arrimarse y la muleta a rastras, que
hablen de la obra sólida de este Miguel Ángel de las estatuas en mármol de los
muletazos pesados.
Busca Talavante el límite de los muletazos, la verdad de la
muleta siempre ofrecida adelante, de las piernas asentadas para citar y gráciles
para ponerse. Se tenían hambre, y se juntaron sus caminos en Huelva y surgió el
torero a orillas del Tinto y del Odiel
Querían quitar al Juli del toro, hacerle el vacío, ningunearlo,
quitarle su capote y su muleta y dejarlo a un lado del toro, de rico joven. Pero
el Juli sacó las armas más preciadas de su hombría, la voluntad de ganar, de
hacer las cosas bien, de aportar su raza de hombre valiente a este arte que es poderle
a un toro con el corazón en la mano en forma de engaño que no miente. Tres
faenas de Julían “Corazón de Mandón” distintas,
unidas por el mando de una muleta que no sabe más que arrastrarse por el albero
jalonadas por un capote que volvió a dejar perfumes de niño mejicano y
rematadas de unas banderillas que nadie tuvo que pedir,. Al primer toro que le
quería quitar la cabeza del cuerpo lo domeñó con mano firme y píes asentados,
para dominarlo y reventar la tarde cuando, tras un parón asesino del Cuvillo,
le sacó el que manda en esto, sin pestañear ni una neurona, la muleta por detrás para adornarse en un
cambiado imposible para quien no haya mamado leche de vaca brava cruzada con
extraterrestre. Ese lance marcó la tarde, luego, la locura, un segundo toro de
su lote, hoy si había de eso, al que quita por saltilleras, para que el
extremeño lo haga de frente y por detrás y rematar Julián por Lopecinas, entonces
coge Juli los palos vestidos de blanco y azul, por sorpresa tras un puñado de
años, y le entrega un par a su compañero de terna. Lo bordan ambos en un tercio
emotivo donde Talavante pone un par al quiebro y Julián dos de poder a poder,
con quites a cuerpo limpio de sabor añejo y emotivo. Las palmas de Huelva son
las palmas que mejor suenan del mundo, El engatillado toro cuando vio la muleta
del que reina en el toreo se afligió, se
entregó con armas y bagajes y decidió acularse en tablas tras regalar cuatro
series, la muerte de bravo, de espectador de la profundidad que no quiere irse,
engañó a todos, incluido el presidente que lo premio con la vuelta al ruedo. Al
quinto, recibido por verónicas y que
luego brinda a Talavante, tras un costalazo que le quitó las fuerzas que
tuviera, un toro de faena imposible para
quien no se llame Julián, y al que este le saco lo que tenía y a base de la
testiculina que dicen que dejo Ojeda regada por El Freixo, le arrancó una faena
de cercanías y poder. El julipie facilitó la concesión de otra oreja.
Talavante, Magno como su tocayo, no se escondió en la tarde grande del que
manda, es más, rayó a la altura de un héroe mitológico, mitad hombre y mitad
dios, al segundo cuvillo de la tarde le endosa tres chicuelinas muy arriesgadas,
quería el del Grullo coger los engaños por abajo, y el exigente comienzo de
faena, hace que el burel pierda fuelle, suena la música, el extremeño lo pone
todo, le da tiempo al toro, le encuentra la distancia y con la izquierda logra
los mejores momentos, mucha pureza, mucha raza en cada serie, las manoletinas
finales adornadas con un cambio son el referente del momento dulce del de la Puebla de Sancho Pérez. Al
tercero lo quita por delantales rematados a una mano Talavante y Juli responde con
tres chicuelinas grandes y bajas, cercanas y hondas. Brinda Talavante a Juli y
se va los medios, cita de largo y pega seis sin inmutarse, toreo barroco,
fresco, improvisando en remates por bajo de carteles de toros, al natural lo
cuaja largo y hondo, pies asentados, muñecas creando arte, riesgo y verdad.
Al que cerraba plaza, que salió suelto de las suertes y sorprende al
sobresaliente Fernández Pineda, con un susto importante al sobresaliente, lo
quita por lopecinas Talavante, buen quite del peligro de Escobar en banderillas,
el publico que mejor toca las palmas es el de Huelva y así hace cuando
Talavante somete la deslucida embestida del Cuvillo con naturales de embroque
preciosista y puro trazo largo y cintura partida, remate por bernardinas de
meter miedo al miedo y estocada trasera y caída culminan una tarde que el presidente quiso medir
con criterios humanos cuando esto es cosas de dioses y héroes.
¡Con el cese de Domingo Prieto vimos un rayo de luz con el cambio de presidente,pero salvando el primer año que es cierto que le dió cierta seriedad a la plaza,a partir de ahi, tanto el como su esesor artistico han perdido el norte aunque no se si tienen norte ni sur, este hombre o no se ha molestado en leerse el reglamento o es "Tonto"que el cargo le viene muy grande,ayer por ejemplo le concedió dos orejas a Tomás por una faena normalita nunca merecedora de dos orejas y mas tras el clamomoroso bajonazo que dio el diolatrado torero y el no supo o no tuvo autoridad ni criterio para saber que los seguidores forofos de de Tomás le .iban a presionar en las concesiones de orejas y ahi debe haber un presidente con la personalidad que a Vd le falta.Hoy por ejemplo le ha negado una segunda oreja a Talavante pedida mayoritariamente pero ahi al menos tiene la disculpa que la segunda oreja es criterio del presidente pero no asi la del último toro que fué mayoritariamente con la plaza llena de pañuelos y esa con el reglamento en mano se tiene que conceder pese que a su criterio le dicte que no(Yo creo que no tiene ni criterio)en cunto la vuelta al ruedo al toro 3 del Juli no hizo suficientemente merito para concederla,puesto que no se vió en el caballo y aunque tuvo una muerte de toro muy encastado hay que recordarle que al final de faena se aculo en tabla acobardado y de ahi no se pudo sacar y hasta el Juli tuvo que matarlo con el costado pegado a las tablas acobardado aunque tuviese una muerte de bravo,como los tres últimos toros por eso si antes tuvimos un presidente demasiado condecendiente ahora tenemos un tonto sin un criterio definido ni con el conocimiento necesario para presidir la plaza de huelva que desde años carece de un presidente que le dé al menos la categoria que la carteleria que años tras año nos afrece la empresa!
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