Vicente
Parra Roldán
En estos días se cumplen treinta años del cierre de la
Monumental Plaza de toros de Huelva, aquel coso que estuvo ubicado en el solar
que se ubicará el denominado Ensanche Sur, y donde también estuvo ubicado el
Recinto Colombino hasta el pasado año.
Desde
hacía algún tiempo, se comentaba en nuestra ciudad que había dificultades para
dar espectáculos en el coso onubense, pero no se hacía referencia a las
circunstancias, por lo que los rumores se multiplicaban. En su edición del 29
de mayo, el diario ODIEL, en su primera
página, recogía con grandes titulares “No habrá corridas de toros en
Colombinas” para señalar que “la plaza no reúne, al parecer, condiciones de
seguridad y el Ayuntamiento considera elevado el coste de la reparación”.
Ya
en páginas interiores, y a través de una información firmada por Rafael
Mezquita, recogía el rumor señalando que “nuestra plaza no reúne las
condiciones necesarias de seguridad según los técnicos, que no quieren firmar
el visto bueno para poder celebrar espectáculos taurinos” para, más adelante,
comentar que “el Ayuntamiento de nuestra ciudad no parece dispuesto a pagar
esos casi 30 millones de pesetas que costaría el acondicionar el coso taurino
por considerar elevado este presupuesto”, por lo que concluía señalando que era
muy probable que ese año de 1.982 no hubiese festejos taurinos en la Monumental
Plaza de toros de Huelva.
Unos
días después, concretamente el 3 de junio, el entonces alcalde de la ciudad,
don José Antonio Marín Rite, en rueda de prensa, confirmó esta información,
significando que “tras un examen realizado por una empresa técnica de Sevilla,
los técnicos municipales no firman el certificado de estabilidad del edificio
para poder dar espectáculos taurinos”.
Según
el entonces alcalde, anualmente se hacía un certificado de estabilidad del
edificio y el técnico municipal encargado de su realización había aconsejado al
Ayuntamiento, ante una serie de desperfectos que no se habían observado anteriormente,
hacer un estudio técnico en profundidad.
Ese
estudio fue encargado por el Ayuntamiento onubense a una casa especializada de
Sevilla al no poderlo llevar a cabo los servicios municipales. Y dichos
especialistas entregaron al Consistorio un amplio análisis con radiografías,
sondeos y otros elementos técnicos de gran fiabilidad. De dicho análisis se
deducía que, en aquel momento, la plaza de toros no era utilizable hasta que no
se hicieran las reparaciones oportunas, aunque en ese encuentro con la prensa
el alcalde ya adelantó que “las obras son de gran envergadura pero puedo
adelantar que el costo de las mismas es muy alto”.
Para
el alcalde de Huelva, la plaza “no estaba
en ruina, como se ha dicho. Lo que tiene que reunir en estos momentos
son los coeficientes de seguridad que estos edificios requieren, que son,
lógicamente, más altos que los de cualquier otro tipo. Por tanto, por razones
de seguridad, no va ser utilizado mientras no exista una garantía absoluta”.
También puso de manifiesto el señor Marín Rite que, según los técnicos, “el
problema es de asiento del edificio y estructural.
Según
Marín Rite, la plaza, desgraciadamente, no se podía utilizar y había que
esperar conocer el importe del proyecto de reparación para saber si el
Ayuntamiento lo acometía o no, señalando que “puede ocurrir que, si el importe
es muy alto, tengamos que plantearnos otro tipo de solución”.
Y, desde ese momento, se empezó a barajar la
posibilidad de celebrar los festejos taurinos colombinos en una plaza portátil
o que, durante las fiestas choqueras, no se celebrasen espectáculos taurinos,
algo que llevaba muchos años sin suceder.
Mientras tanto, los aficionados
tenían que aceptar que aquellos rumores que habían circulado por la ciudad,
desgraciadamente, se habían confirmado y la Monumental Plaza de toros de Huelva
no podía cumplir con la finalidad para la que había sido construida.
La
plaza no acogió festejos durante ese año y así permaneció durante mucho tiempo
sin que las circunstancias que obligaron a su cierre se alterasen hasta que,
muchos años después, el Ayuntamiento decidió derribar el edificio para ampliar
el recinto ferial.