El asunto toma importancia en un semana con dos altercados importantes en callejones del mundo, uno en la primera plaza de España y otro en la primera plaza de Francia.
Simón Casas, toda la vida en esto, ha sido de todo en el toro a ambos lados de los Pirineos, y ha culminado en un mal empresario de gestiones dudosas y un mal apoderado de toreros que caben en cualquier cartel, pero, y es lo peor, en un huésped incómodo de los callejones. Gesticula, grita, se quiere imponer y el pasado lunes se entretuvo en hacer peinetas y cortes de manga a quien pagó sus buenos euros para ver a su torero y ocupar asiento en la plaza que regenta el productor artístico francés. Todo porque el paganini le recriminase que Casas se había dedicado a increpar al presidente de la corrida, reticente a la hora de conceder una oreja a su poderdante Daniel Luque en "su" plaza de Nimes.
Fernando Lozano, apoderado ahora del azteca Juan Pablo Sánchez, también ha sido de todo en el toro, en primera persona o a través de familia interpuesta, en este caso no han hecho mal las cosas, ni como toreros, ni como ganaderos, ni como empresarios, ni como apoderados. Gentes del sistema que han sabido utilizarlo y dan cierta imagen de señorío y grandeza. Veo que el pasado miércoles Fernando Lozano y en el callejón de Las Ventas. se le ocurre dirigirse a un hombre de luces espetándole "tu eres tonto, o que", el de luces se llama José Antonio " y es conocido como "Morante de la Puebla" y firmó un quite en su turno de dos y media a un toro del mejicano que apuntaba como bueno y que acabó besando el albero tras la media exigente del torero sevillano.
No seré yo quien de consejos a los profesionales pero Manolo Cortés es autor de un interesante tratado de como hay que comportarse en un callejón. Que se podría resumir en esta frase
En un callejón, lo que hay que estarse es quieto
Y quieto, como bien define el diccionario de la RAE en su segunda acepción, se trata de estar:
Pacífico, sosegado, sin turbación o alteración
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