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viernes, 10 de febrero de 2012

Un decreto suprime las corridas de toros en España

Vivan las cadenas
“He tenido á bien prohibir absolutamente en todo el Reyno, sin excepcion de la Corte, las fiestas de toros y novillos de muerte; mandando, no se admita recurso ni representación sobre este particular: y que los que tuvieren concesion perpetua ó temporal con destino público de sus productos útil o piadoso, propongan arbitrios equivalentes al mi Consejo, quien me los haga presentes para mi Soberana resolución”

No se asusten, no es de hoy. Bueno, si es de hoy, pero hace 207 años. Ya ven, el ciclo del prohibicionismo, como el de la sequía, o el de la crisis, es pertinaz.
Esta vez fue aquel mal Borbón, cornudo, vago y mongolón,  y al que le gustaba más la escopeta que la muleta y que dejo el reino y las tetas de la reina en manos de Gogoy, y luego de Napoleón. Dejó el reino en manos del frances, quiero decir, por que el corso no quería líos con la de Parma, Bonaparte colocó a su hermano José como coronado, y no fue un mal tipo el franchute, ni tan aficionado al frasco como cuentan y que además.... restauró los toros.
¡¡¡Si es que tienen un cojones estos franceses!!! (por cierto, soy español,¿A que quieres que te gane, François?)


Seguimos con la historia. Tras la guerra de la Independencia y, en las este años conmemoradas Cortes de Cadiz, los padres de la patria siguieron con la prohibición en la elaboración de "La Pepa", primera constitución de nuestra patria, y en esas sesiones fue donde un cura reprimido y pérfido, Simón López, soltó aquello, para contestar a un diputado catalán de rancia afición y que tenía por apellidos, Capmany Montpalau
"El rufián, la ramera, el idolatra, el comediante, el lidiador ó torero, el luchador ó espadachín, el alguacil de teatros, el flautero, ó guitarrista, ó lirista, ó baylarin, el sodomita, el libertino y licencioso, el charlatán ó histrión, el encantador y agorero, el que vive como gentil, el que frecuenta los espectáculos teatrales, las venaciones, ó toros, carreras, luchas, etc. ó dexen esto, ó no sean admitidos (suponemos que en España)"
Pues después hicimos rey al cojonato de Fernando VII, que casi hace bueno a su señor padre, y que dijo sin rubor  "Marchemos todos, yo el primero, por la senda constitucional", luego se cargó a la Pepa, además restauró los toros y compró lo que ahora es de Juan Pedro y se entretuvo en fundar la primera escuela de tauromaquia del mundo en el matadero de Sevilla.
Este rey cabrón, reinstauró la inquisición, cerrando las universidades y consiguió que el pueblo le aclamara al giro de "Vivan las Caenas"
Joder que pais.
Menos mal que como dijo Domingo Delgado de la Cámara «la fiesta es una superviviente nata: siempre rodeada de enemigos, solo se mantiene viva por el gran cariño que la profesa gran parte del pueblo español».

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