Urdiales pide guerra. El Cid y los Victorinos en su plaza

No hay un cartel anunciado en España para el año 2012 y el Consistorio arnedano y su 'embajador taurino' en Madrid José Orío han publicado una corrida con casi cuatro meses de antelación. Como 'currando el descuido' y entre negociaciones para incluir a Diego Urdiales con dos 'figurones' del toreo. En prólogo de ferias y con el proyecto actual, al torero arnedano le habría venido superior el cartelazo estelar de cara a contratos.

Santiago López, apoderado de Diego Urdiales, afirma que «había dos opciones. O enfadarte y no torear o buscar una solución dentro de lo mal que se han portado con un torero que pasea el nombre de su ciudad donde puede. Me dijo Orío, ayer, que el cartel de Morante, Manzanares y El Juli no se tocaba y nosotros, como mal menor, hemos pedido un mano a mano con El Cid en la corrida de Victorino y unos honorarios a tono con el acontecimiento. No toreará Diego en casa, con nuestros respetos para todos los toreros, con un cartel sin un interés alto».

Según cuenta Pedro Mari Azofra en el Correo El torero arnedano, que estos días está campeando en Salamanca, se duele de que «en mi pueblo me han puesto entre la espada y la pared ¿Qué puedo esperar de otras plazas si en casa me tratan así? Si toreo de cualquier forma va contra mi temporada y dignidad y, si me niego, me culparán de quitar una corrida. Ha sido una mala jugada a mi espalda y han decidido el cartel cuando habían quedado en negociar con mi apoderado».

José Orío ha gestionado el cartel de lujo. Pero el trato a Urdiales ha sido infame. Para colmo, declara que las tres figuras competirán cuando entre ellos y sus veedores van como gloria y no toleran que se les cuelen toreros molestones o en ascenso.

Paciencia y memoria

Santiago López asegura que había aconsejado a Diego Urdiales «paciencia y memoria, al aceptar la fórmula menos mala para él y el tiempo irá diciendo. Me parece fatal lo que han hecho y hasta lo anuncian sin cartel completo cuando las 'figuras' no han puesto pegas a que se incluya al de casa».

El matador arnedano sospecha que existe algún ajuste de cuentas y termina diciendo que «para tener amigos así, prefiero algunos enemigos».