Puerta grande regada de testiculina ante el sexto
Antes Juli arrancó una oreja a la contra en el cuarto
Castella, bien, gracias
Y la lluvía templó la tarde, en el sexto, pero la templó honda, como tantas tardes de nuestra singladura de afición taurina. y surgió la faena, verdad que más emocionante que importante, más de corazón que de cabeza, con más testosterona que técnica ante un toro del tipo de la torda, el culo chico y la cara gorda, que derribó a Chocolate en el primer tercio. Luego tres series de verdad, que marcaron intenciones, vocación de ligazón, trazo largo a pesar de las miradas, y terrenos rematadas en arte con un cadente cambio de mano dibujado a favor de musas y masas y un molinete al relance y uno de pecho por derecho, luego el toro se queda corto y el torero se queda quieto. Un molinete improvisado de sabor antiguo y gállico. Luego el Cuvillo levanta los pies del suelo al alicantino, le rompe la taleguilla y le levanta el ánimo al torero y al publico venteño y el toro cambia a incómodo y descubre el amparo de las tablas de los chiqueros, aún así le arranca los muletazos a mordiscos de arte, trincheras, kikirikis, y el remate una estocada recibiendo en la peseta de la plaza central del toreo. La corona del toreo es suya. ¿Que si era de dos? Usted verá ¿Que si era de una? Vaya usted a saber, en todo caso las musas no saben contar, simplemente Las musas se manifestaron en Las Ventas y el lider de las hadas las entendió. Es un torero al que su relación con estos seres dicen le viene de casta y de raza.
Antes, se la jugó sin cuento ante el burraco cornalón que fue su enemigo aliado con el eolo odiado por el toreo al que partió con la espada.
Antes, en el cuarto Juli le pegó una larga cambiada a una tarde que iba por derroteros de decepción y cortó, mejor arrancó, una oreja de peso con un porcentaje de plaza en contra, faena a derechas al toro de genio, con series a más, incluso alguna por el reticente e incierto izquierdo, siempre tres cuartos de muleta arando en el piso venteño, los de pecho largos y rematados en las hombreras, un cambio de manos portento de pureza, hondura y de postre, un estoconazo por ejecución,como siempre trasera y pelín desprendida que diría un clásico. Al primero, colorao ojo de perdiz de Ortigao Costa que remendaba la corrida, le pudo el de Velilla y pronto se quedó sin enemigo. El respetuoso silencio o el clamoroso desprecio certifican que Madrid no aguanta a Juli, ¿Hasta cuando seguirá soportando este desprecio el que manda en esto?
Al chico y protestado segundo, primero de Cuvillo, no fue capaz de enjaretarle faena a pesar de jugársela con el viento en contra y el valor por bandera. Al muy serio quinto de Ortigao se lo cambiaron por algún defecto de visión, digo yo. Con el de Segovia se la jugó desde el cambiado de inicio, llovía y aquello nunca remontó más cerca de la trageedia que del triunfo
Con lleno de «no hay billetes», se lidiaron cuatro toros de Núñez del Cuvillo y dos -primero y quinto- de Ortigao Costa, y uno de Carmen Segovia que hizo de quinto bis, cada uno de su padre y de su madre y en prestancia y juego. Los más visibles, tercero, cuarto y sexto
«El Juli», de verde hoja y oro silencio y oreja protestada. Sebastián Castella, de grana y oro palmas y silencio tras aviso. José María Manzanares, azul obispo, palmas tras aviso y dos orejas
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