La corrida de Gerardo Ortega ha estado excelentemente presentada y ha derrochado bravura y clase a raudales.
Se daban muchas circunstancias a favor para que se diera una buena tarde de toros pues estaban listos todos los ingredientes, y en el sexto, lidiado por Pepe Doblado, el público que cubría tres cuartos de plaza se contagió del indulto tan reciente como el de ayer de Manzanares en Sevilla y pidió el mismo premio para un toro de excelente juego que fue premiado con la vuelta al ruedo. Doblado gustó y se gustó con un toro que tuvo mucha clase y bravura y que no enganchó la muleta. Fue una faena íntima en la que el torero de Palos se sintió muy dispuesto, muy a gusto y se vació por completo con esas series templadas, bajando la mano y entregando su alma de torero. Como colofón a una gran faena y a un gran toro, para mí no de indulto, mató al toro de fulminante estocada y paseó los máximos trofeos. En su primero estuvo igualmente motivado y toreó de forma entregada a un toro que tuvo un excelente pitón izquierdo, que hizo las delicias de todos los presentes, devotos del toreo al natural pero falló a espadas y fue silenciado.
Julio Aparicio vino más relajado después de terminar ayer su compromiso en la Maestranza. Se le vió entregado a una plaza deseosa de beber de la fuente de su toreo lleno de empaque y torería. Estuvo enorme con el capote a la verónica metiendo la barbilla en el pecho y componiendo la figura y también dejó muestra de toreo caro con la mano diestra pero mató de estocada y descabello y obtuvo el premio de una sola oreja en la tarde. Con el cuarto no pareció sentirse a gusto el torero y lo despachó pronto de forma que no obtuvo premio alguno por lo que se le vió el resto de la tarde un tanto afligido. Cosas que le pasan a los toreros artistas...
Jesulín de Ubrique se ha dado un baño de multitudes y ha disfrutado su tarde como un auténtico enano. Tuvo suerte en el sorteo y se llevó dos grandes ejemplares a los cuales toreó con un enorme temple que atesora y una técnica abrumadora. Me gustó mucho su primero como aficionada aunque acusó una falta de fuerzas, aunque obtuvo mayor premio en el quinto de la tarde. A su primero lo fue metiendo poco a poco en la faena, la cual comenzó por alto y fue enseñando el camino de la embestida con su temple aprendido a base años de esfuerzos. Toreó por ambos pitones a placer aunque también se puso de rodillas e hizo desplantes que calentaron a los allí presentes. El animal tuvo una clase tremenda y así se le vió metiendo la cara en la muleta del gaditano. Mató de estocada desprendida y cortó las dos orejas. La faena al quinto fue más íntima y personal y también más exigente. No se vino abajo y se creció en el enfrentamiento entre toro y toreo, entre cuerpo y alma y resolvió con nota excelente el examen al que se sometió cortando los máximos trofeos.
oooollleeeeee ganaderia
ResponderEliminar...Y ¡ooooolé! toreros. Jesulín, el buen hacer, y TORERAZO siempre.
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