¿Hay ilusión por ir a los toros de Valverde del Camino el próximo domingo 27?

Victor Pérez al tanto de las obras

Andamos esta mañana por Valverde del Camino y, tras pulsar el ambiente, no percibimos buen son en lo taurino.
Hay una corrida anunciada para el domingo día 27 a las muy taurinas cinco de la tarde, supone la inauguración del nuevo callejón. Los carteles cuelgan, por cierto con publicidad del camero Hostal "El Madero", los hemos visto en Camas,  en Sevilla, en Trigueros, incluso en el Andevalo. Las obras del nuevo callejón parece que pudiesen estar acabadas, sin cumplir los plazos, se habló del 20 y al pasar por la plaza, hoy 21, las fotos indican la situación, claro, no olvidemos que Valverde del Camino tambien es España. Los permisos gubernativos, cualquiera diría que la empresa los podría obtener. El tiempo nos deleitará con una de esa preciosas tardes de invierno de más de 20ºC, quizás algo ventosos. Los toros suponemos que están comprados, los toreros contratados, pero...

Ya hay metros de callejón y puertas instaladas

Existen muchos peros y un cierto rumor de desencanto en el pueblo y en los aficionados que presagian augurios obscuros a esta corrida de estreno de callejón de la histórica plaza de Valverde del Camino

Los peros son por ejemplo, primero, un cartel desnaturalizado, fuera de feria y de las tradiciones, sin la chicha de la apuesta torista, ni la limonada del mediatismo taurino, un cartel de medias tintas y pocas esperanzas, apenas las que despierta el camero Oliva.

Ocón trajó de Toledo las tablas de pino

Segundo, una extraña presentación del cartel con el matutinismo alevoso de las nueve de la mañana, sin convocatoria, con tres llamativas ausencias: la extraña de las necesarias y siempre dispuestas peñas taurinas de la localidad, la de los inncesarios idiotas que escribimos de toros en la provincia y la inaudita del empresario y padre de los carteles.

El tercer pero serían unos precios, de entre 45 y 40 €, que más allá de la época de aparente crisis, son una temeridad.

Cuarto pero, nos cuentan que ese mismo día se celebran en la localidad actos que restarían público del remozado coso, amen de lo apetecible de un día en Los Pinos o de salir al campo, que luce magnífico, a coger gurumelos.

La plaza se pone guapa para el estreno

Todo esto y algo más denota la falta de algo que en la fiesta brava es consustancial, la falta de ilusión, falta de ilusión en una empresa que parece hacer las cosas con desgana, falta de ilusión en un ayuntamiento que cualquiera diría que en lugar de un nuevo callejón fuera a inaugurar un nuevo ala del cementerio municipal, falta de ilusión en un pueblo que, de ser reducto de una forma de entender la fiesta en la última década, pasa al extremo tibio del "nada por aquí y nada por allá".
El rumor, el rumor de desencanto de la afición que suele acudir al coso de la Calleja de los Carpinteros, se percibe en el pueblo, no es este el cambio que la parte más taurina de la localidad esperaba, ni el fondo (un cartel desangelado) ni las formas (precios, desgana de la empresa, desinteres general), animan a interrumpir un precioso puente tardohibernal, para acudir a una corrida que debía ser de campanillas y esperemos que no sea de campanazo.