Muere de esta forma una poco de la historia grande del campo bravo onubense. Quienes hemos visto los últimos años el desastre entre Moyas y no moyas, Patas y no patas, medrano padecer al ganado herrado con las DG, nos duele menos esta muerte que la de las vacas y sementales de origen Benítez Cubero.
El que suscribe, unido por lazos de amistad con el propietario de la mitad de lo que fue Garrido, que ahora se anuncia Guillermo Acosta Otero, sufre al ver morir un hierro que ha lidiado en las mejores plazas de España, lidiado por las figuras, Ponce confirmó con la ganadería sanjuanera, el mejor Jesulín los buscaba y mató uno de 700 Kg en el Puerto, los Campuzano lideres del escalafón matana la camada una habitual en Sevilla, Madrid...
Tras la división familiar del año 98 esto no era más que la muerte anunciada, de la mitad partida por pares- impares en la ganaderia de la Torre. Don Guillermo prefirió la finca con la fortaleza y la dehesa antes que el hierro y la plaza de tientas, me consta que a día de hoy el patriarca no se arrepiete de la decisión
Mientrás, el amigo Marcelino sigue luchando con el hierro familiar a nombre de su padre y propietario Guillermo Acosta, intentando retomar la senda del éxito. Ánimo
Un poco de historia.
Tras su fallecimiento pasó a sus sobrinas, las hermanas Consuelo y María Josefa Cañas Amores, madre y tía de Guillermo y Marcelino Acosta Cañas (ültimos representantes de las dos ramas del hierro)
En 1998 dividieron la ganadería en 2 partes:
La de Consuelo quedó en manos de su esposo Guillermo Acosta, anunciandola a su nombre y creando un nuevo hierro por el artículo 5 bis b de los estatutos de la unión
La de María Josefa incluyó el hierro original y fue comprada ese mismo año por el onubense José Moya, que abandona el ganado y cría cochinos en los Centenales, mita de la la finca La Torre.
Desde entonces, Guillermo Acosta, pureza Benítez Cubero, casi un encaste propio, en la lucha por que se reconozca en lo suyo lo mejor esa sangre, con varios premios provinciales y en otros lares. La otra mitad, herrada con la DG de Diego Garrido en el camino que hoy hace morir uno de los hierros emblemáticos del campo bravo. descanse en paz
La mejor y más importante corrida en Huelva, la lidió Diego Garrido en Zalamea la Real en el año 1996 y cuyos imponentes e impresionantes toros están fotografiados en la sede de la Peña Taurina Zalameña.
ResponderEliminarSaludos.
pues si asi es no hay mas,sin duda un dia triste para los que hemos conocido eso aunque hay que decir que ya estaba sentenciado hace unos años.de todas formas nadie nos quitara los recuerdos.
ResponderEliminarEn la información hay un error básico: cuando las dos hermanas llegan a un acuerdo en 1994 para repartir el proindiviso , Guillermo Acosta prefirió quedarse con las tierras de labor y otras propiedades, así como un semental y cuarenta y nueve vacas de desecho, quedándose la otra parte con la ganadería y las dehesas. Hasta 1998, año en que se materializó la partición, Guillermo Acosta como representante legal sigue gestionando la ganadería junto con su hijo Guillermo, periodo en el que el número de cabezas de ganado de una parte y otra se igualan. Es en ese año cuando María Josefa Cañas, que se quedó viuda en ese periodo de tiempo, recibe una oferta de José Moya y decide vender su parte.
ResponderEliminarSegún tengo entendido, lo único que cambia es la denominación, porque, supongo que para mantener la antigüedad, "El Patas" va a seguir herrando con la "D" y la "G".
ResponderEliminarDe todas formas, cuando la compró Juan Ruiz la ganadería ya estaba muy degenerada, y ni siquiera un tío tan hábil como él fue capaz de vender los animales.
Pero sí, es una pena que vayan desapareciendo hierros históricos, que no hace mucho lidiaban incluso en la Feria de Abril de Sevilla.
La ganadería "degenerada" de la que habla el tal Parrado se ha llevado cinco premios de la junta entre el 98 y el 2004
ResponderEliminar"Anónimo", listillo, el "tal Parrado",que soy yo, habla de lo degenerada que estaba la ganadería cuando llegó a manos de Ruiz Palomares. Y te lo digo de primera mano, porque yo he visto con mis ojitos cómo intentaba vender toros y novillos, y no los querían ni para rejones. ¿Te enteras?
ResponderEliminarOtra cosa es la historia anterior de la ganadería, que sí es para quitarse el sombrero. ¿Estamos?
Si sobre todo con su mujer de jurado . se te ve el plumero
ResponderEliminarSi sobre todo con su mujer de jurado . se te ve el plumero
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