El año de los tiros, Analisis del primer tercio de la t

El año de los tiros.
Análisis del primer tercio de la temporada taurina
Al hilo de este tema onubense de actualidad y con el que este diario ha obsequiado a todos sus lectores hace apenas dos semanas nos podría servir como la metáfora que mejor resume esta temporada. 1888, El año de los tiros fue un año de infausto recuerdo en la cuenca minera y toda la provincia, sin embargo seguro que esta temporada taurina del 2007 va a ser de una memoria mucho más agradable. Ya en su primer tercio ha dado lugar a batallas encarnizadas, sangre en la arena e incluso algún cadáver, a lo mejor aún ignoto por que sigue de pie.
Resumimos: Rivalidad, palabra que no aparecía en la tauromaquia de los últimos veinte años, bienvenida la competencia y, si no tiros, al menos arrimones, sobreesfuerzos y gestos que falta le hacían a este toreo de cambios de cromos y ferias prediseñadas

Primeros triunfadores, Madrid, Sevilla…
Acabado el largo conjunto de corridas de Madrid, pasadas las ferias del levante y Sevilla hay un grupo de toreros que han rozado la gloria con los dedos triunfando en estas primeras escaramuzas y en alguna de las grandes batallas de la temporada.
Perera reeditando triunfo en Valencia, Cesar Jiménez como sorpresa en Castellón, Talavante con la bendición de Sevilla y Castella reclamando su sitio en Madrid sin desmerecer a Morante, El Juli y El Cid que no han cedido un ápice son los que han dado primero.
De este ramillete de ases Perera parece haberse desinflado, aunque es un torero de mes de Agosto y suele venirse arriba en el último tercio de la temporada. Cesar Jiménez no nos parece un torero que tenga ganas ni condiciones de mandar en esto y, a pesar de estar auspiciado por Martin Arranz y Joselito, no se le vislumbra un futuro como mandón del toreo.
Lo de Talavante y Castella se venía venir, son jóvenes, pisan terrenos inverosímiles, no conocen el miedo, van como independientes, viven para el toro y sueñan con reinar en el escalafón. Con estos ingredientes se juegan cada tarde el triunfo o la enfermería y ambos han pasado tanto por los verdes campos del primero como por las blancas sabanas de la segunda. Si no tuercen el rumbo, que no parece lo vayan a torcer, volverán a transitar por las mieles de la victoria y por la hieles de las cornadas. Tiros a matar y con armas pesadas los de estos dos auténticos perros de presa
De las figuras consagradas Morante, El Juli y El Cid han mantenido cache. Morante a base de gestos, esa puerta gayola de Sevilla quedará para los anales y la oreja de Madrid es de las que vale más que un rabo. Acaba de despedir a Paula y algo me da que este matiz puede romper el difícil equilibrio que le hace falta al genial torero de la Puebla del Rio para desarrollar en plenitud su arte.
Lo del Juli es llamativo, el torero más poderoso del escalafón, capaz incluso de atreverse con los Miura, se apunta en las citas más importantes a las ganaderías más insolventes de cada serial. Además se ha corrido la especie de que está muy bien llevado por el Pucelano Domínguez y no hay quien les tosa, tuvieron que bajarse del carro de los millones en Sevilla y tendrá que bajarse de algún otro carro si quiere de verdad marcar una época, ya no tiene la cara de monaguillo del principio y su toreo parece que también se ha agriado. Cuando le sale el toro bravo asienta las zapatillas y da lecciones magistrales de torería pero esto por si mismo no parece suficiente.
El Cid se confirma como un torero de Sevilla, de Madrid y de los Victorinos, fuera de este triángulo su rendimiento baja mucho y pierde fuelle. Tiros de precisión y largo alcance los de estas figuras del toreo
Los aspirantes
De los aspirantes, Manzanares sigue al acecho, como torero poderoso y hondo pero faltándole el triunfo sonado en una de las plazas que dan importancia, puede dar el salto en cualquier momento por que tiene las condiciones para hacerlo. Admirables el pundonor del extremeño Ferrera, el no aburrirse del Renco o el tirón taquillero del Fandi que se muestra tan acertado en el segundo tercio como nefasto en el resto y lidera el apartado de corridas toreadas
Al Capea se le pasan viejas facturas y el salmantino se aflige, tampoco pinta bien lo de Salvador Cortes ante una temporada difícil, huérfano de triunfos en “su” Sevilla., pólvora mojada. Por otra parte los Tejela, Marin, Jimenz , Gallo, Chaves no rompen y parecen encontrarse cómodos con su papel de segundones.
Los veteranos siguen dando vueltas a esta bendita piel de toro toreando en toda plaza de segunda que se precie, sin hacerle ascos a las plazas de pueblo o a las portátiles, Hablamos de Rivera, de Jesulín, de Finito, de Conde, el Fandi., El Cordobes. Llenan plazas, salen en la tele y torean casi todas las tardes, ¿algún problema? Pues yo diría que si, que se llevan más de lo que aportan a la fiesta que esta más necesitada de quien de que de que de quien se lleve. Tiros de salva al fin y a la postre
Entre los fuera de concurso que pueden cambiar el curso de la temporada en cualquier plaza, están el inconmensurable Ponce, el aguerrido Rincón, el patético Ortega Cano, el incombustible Espla, el clandestino Cayetano y los heroicos Liria, Padilla, Uceda, Robleño o Cruz. Amen del redivivo José Tomás del que no sabemos, hasta que pasen sus primeros compromisos, si vuelve para mandar o sólo quiere dar una vuelta a España a ciento cincuenta mil euros la tarde. Tiros únicos y a veces únicos tiros
En cuanto a los novilleros presentan como novedad que ilusiona la rivalidad levantina de Valls y Lleonart, llenando plazas y cosechando éxitos de crítica y público. Que envidia en esta Huelva taurina que nos apena. Un escalafón con saltos ya dados al de matadores de toros , los prometedores Daniel Luque, Pérez Mota, Moral, Oliva Soto y el resto copado por “los hijos de”, a saber los hijos de Palomo, Teruel, Espla, El Cordobés, Dámaso... malos días corren para ser novillero, difícil además que algún taurino apueste por un chaval. Tiros de aprendices
Parece que algo se mueve en los rejones, la lesión de Hermoso acompañada de la explosión de Hernández hijo y Ventura sumadas a la constancia de Cartagena prometen también un año de competencia y lucha por el trono indiscutible del de Estella.
El aspecto ganadero es alentador, sigue mandando Victorino, las figuras se lucen con Cuvillo, tan ligado al torero de Galapagar, Jandilla y FuenteYmbro, y resto de campo de Jerez y en un sentido más torista no decepcionan Cuadri, Palha, Cebada… En general el campo bravo ha olvidado los casi endémicos problemas de fuerzas, casta y bravura de décadas pasadas
La temporada en Huelva.
El panorama en nuestra provincia es desalentador con honrosas excepciones. La capital sigue en su letargo, se nos presentan unas Colombinas con más de lo mismo, si, lo mejor pero lo mismo, ni una sola novedad destacable respecto a los últimos años, un ciclo demasiado corto para el aficionado, demasiado cómodo para la empresa y demasiado largo para la época del año y el bolsillo de espectador.
En la provincia destacamos Palos como un intento serio de dar toros, los ilusionantes carteles de comienzo de temporada y feria en Aracena, y el cartel mediático de Rociana, Incertidumbres en Zalamea, Moguer y Ayamonte, y estabilidad de un Valverde que el año pasado decepcionó y esperemos que este año retome la senda del éxito.
Cuatro matadores de toros que no torean, un rejoneador que no parece despegar y el desierto vergonzante en el escalafón novilleril, pobre cosecha para una tierra como esta nuestra que ha vivido mejores épocas
Tan solo el aspecto ganadero nos da alguna alegría con la magnifica prestancia de los Cuadri y el prestigio de otra docena de hierros de este pródigo campo bravo. Pasean el nombre de Huelva con orgullo Ortega, Millares, Arucci, Albarreal, Manolo González, Concha y Sierra, Prieto de la Cal, Carmen Borrero y algún otro.
Bueno y el plantel de hombres de plata y picadores que torean frecuentemente acompañando a las máximas figuras en las principales plazas.
Por resumir un año de rivalidades entre los mejores, otros que siguen viviendo de los apellidos y las rentas y una Huelva taurina que pide a gritos un revulsivo, sin ninguna duda, un tiro de cañón.