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miércoles, 25 de febrero de 2015

Luis Algarra, a los nueve años de que se fuera a criar toros bravos a La Capitana del cielo

Fue un hombre serio. Y formal. Y exquisito en el trato y entrañable en el recuerdo de quien tuvo la ocasión de conocerlo. Fue generoso en la vida y en el toro, rara es la ganadería, con origen o no en Parladé, que no tiene gracias a su generosidad, sangre de los toros de Don Luis en sus vacadas.   
Siempre nos pareció un señor de campo y un señor del campo. Lo conocimos con ocasión de un festival en Higuera de la Sierra, en esas tertulias previas y posteriores a la misa en casa del cura Girón, esas misas en que resonaban las monas. Le preguntamos por la ganadería, nos dio cancha, como nos cuentan que solía hacer con los que se acercaban a esa fuente, y pasamos una hora hablando de toros, de sementeras, del perdigón, de su parentesco cercano y admiración por Miura, de liebres, de toreros, de montaneras, de precios, de tratos. Nos dijo que su novillo saldría "abantón, enrrazado y a más" Se equivocó, salió a mucho más.  Al despedirnos nos invitó a La Capitana.
No sabía el buen señor los jartibles que somos con nuestros héroes y que no íbamos a tardar ni tres semanas en llamarlo. No sabía el incipiente escribidor que en cuanto se puso al teléfono nos recordó como a un viejo amigo y nos insistió en que lo visitáramos acompañados de nuestro común amigo Pedro Macias. La jornada fue inolvidable. El trato de un señor, las atenciones de un exquisito anfitrión y la sabiduría de un alquimista de la bravura. Valoraba en el tentadero detalles que nunca antes habíamos observado, como se volvía la vaca, si miraba de frente o sesgada, si descolgaba al percibir el toque.... Recordamos un detalle sobre la crianza del toro bravo  "Cuando subí los toros a la sierra, nos explicó,  pregunte  a mis amigos de Salamanca, Montalvo, Galache, los Perez de San Fernando, .. como rematar toros con tanto frío. "Más pienso en otoño y mucha sanidad " Y a fe que el "truco", y no sólo el "truco", le funcionó
Salimos de Almaden como partidarios del ganadero y como incondicionales del hombre. era el principio de una gran amistad. No lo volvimos a ver. La amistad continua hoy que hace nueve años que se le partió el corazón grande de los seres humanos excepcionales.
Como nos puede la subjetividad del apreció queremos recordarlo en palabras de dos tocayos que saben de lo que hablan.
Su hijo Luis, cuando le preguntamos. nos resume la imagen que guarda de de su padre en cinco palabras con las que si cualquiera de mis hijos me definiera a mi me daría por bien pagado: Humildad, personalidad, raza, constancia y perseverancia. Si a eso le unimos que como padre todas esas virtudes se veían acrisoladas por el amor y la exigencia, no nos extraña la adoración que Luis Algarra Crehuet siente por Luis Algarra Polera.
Preguntamos luego a otro Luis. Luis Mguel Parrado. Un hombre que cuando le pedimos que nos defina al ganadero Luis Algarra no espeta 
Algarra es el ganadero que supo comprar al viejo Juan Pedro, abuelo del actual Juan Pedro, en el momento justo y comprar lo mejor, y en poco años llegó a superar el nivel de la casa madre. Luego tuvo que subir la ganadería de la marisma a la sierra, eso es algo a lo que han sobrevivido pocas ganaderías sin curvas descendentes, él no sólo lo hizo sino que además aún la afinó un poco más. 
Fue un ganadero al que todos sus compañeros lo admiraron, y si te digo todos, es todos, como ganadero, y lo quisieron como hombre. Y no me extraña, por que en esa época en que hubo años en que consiguió que su ganadería  fuera la mejor de España, es decir del mundo, siguió siendo el mismo señor con su mismo señorío.
La calidad como ganadero de Luis Algarra la confirma el hecho de que refrescó con su bravura la casa madre de Juan Pedro, un par de décadas después de haber comprado la vacada.

Murió hace nueve años, el día en que embarcaba un novillo para Aracena, como siempre fruto de su generosidad, por eso quizá nos acordamos de este señor del campo bravo cunado muere el festival de Higuera del Sierra. Donde lo conocimos, al que tanto ayudó y que le supo rendir homenaje. 
Un abrazo, Luis, y a tus hermanas Carmen, Teresa, Rocío, Aurora, Concha y Mara y a Pepe y Emilio. Estamos unidos por que mi padre murió tal fecha como hoy también de diez años antes y no pasa un día sin que lo busque en mi corazón para pedirle un consejo, justificar un error, añorar un abrazo o sonreír por un recuerdo. 
Mi padre fue militar, más que ver la profesión con la ganadería de lo que se piensa,  y lo  que más me emociona es cuando un desconocido, algún soldado que sirvió a la patria a sus ordenes,  se acuerda de mi padre. Por que se que lo va a recordar como un gran hombre, y por que se, por que sabéis, que ese recuerdo es verdad. Por eso estamos unidos.
Bueno también estamos unidos por el amor a la fiesta brava y a ese toro bajito de mirada noble que criáis.

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