Por José María Martín. 13-4-2014.
NAVALMORAL DE LA MATA (CACERES) Corrida
de Toros.
Ficha del festejo
PLAZA DE TOROS DE NAVALMORAL DE LA MATA (CACERES)
Corrida de Toros, con motivo de la festividad del Domingo de Ramos.
Casi tres cuartos de entrada. Toros de Alcurrucén, correctos de presentación excepto el anovillado sexto. Rafael Cerro ha tomado la alternativa con el toro “Fogonazos”, herrado con el nº 18.
Sebastián Castella: Oreja y Ovación.
Miguel Ángel Perera: Ovación y Oreja.
Rafael Cerro: Dos orejas y Dos orejas.
Más allá de la generosidad con la que el público de
Navalmoral ha premiado la labor de Rafael Cerro en el día de su alternativa, en
la tarde de hoy hemos visto a un toricantano muy pausado y asentado, sabiendo
leer las necesidades de cada uno de sus oponentes, lejos de las precipitaciones
con la que la mayoría de los alternativados suelen afrontar tan importante día.
Con el toro de la ceremonia un precioso colorado “abrochadito” de pitones, que
como el resto del encierro no permitió el lucimiento con la capa, aprovechó la
media faena que el astado le regaló tras venirse arriba en banderillas,
logrando ligar dos series con la diestra, en la que la muleta barrió el albero,
para luego trazar sendos naturales de mano baja, antes del que el toro dijera
basta. Cerró faena con torerísimos ayudados por alto, que coronó con una buena
estocada que le valieron las dos primeras orejas como matador.
Con el que cerró festejo, bastante hizo con mantener
en píe al más terciado del encierro que además sufrió una voltereta en el
recibo capotero, del que quedó mermado para el resto de la lidia. El matar de
estocada fulminante ayudó para que el paisanaje le concediera el doble trofeo.
No se crean que los compañeros de terna vinieron a
Navalmoral a ser meros palmeros de la ceremonia. Sebastián Castella tuvo que
apencar con un berrendo en colorado de finas puntas que hizo segundo, que se
frenaba y se pensaba cada embestida, para luego a continuación pegar un arreón,
que no amedrentó al francés, que consiguió enjaretarles naturales, dónde primó
la emoción, antes de doblarse por abajo como prólogo de una estocada un poco
caída, que le valió su único trofeo en esta tarde. Con el cuarto, tuvo
suficiente con intentar aguantar en los medios, a un astado que pronto se rajó,
y al que tuvo que robarle los muletazos de uno en uno, al hilo de las tablas.
El día que narremos que a Miguel Ángel Perera, le ha
tocado el mejor toro del encierro será noticia y de las gordas. Hoy, el
extremeño ha tenido que apencar con un primero de su lote, noble pero falto de
fuerzas, al que tuvo administrarle una faena en la media altura, sin poder
bajar las manos, para que el toro no perdiera las suyas, alejándose esta
tauromaquia, de la de mando y poder que tan bien ejecuta el de Puebla del
Prior. Además con los aceros no estuvo inspirado. Ante el quinto, un verdadero
“dije”, colorao ojo de perdiz, estrecho de sienes, y verdadero prototipo del
encaste Nuñez, Perera tuvo que esforzarse, pues más allá de su fachada, al toro
le falto fijeza, desluciendo cada tanda saliendo con la cara por las nubes y
distraído. Ante estos mimbres, acortó distancias para engarzar diez pases
consecutivos sin enmendarse, que calaron en los tendidos. Con la tizona no
volvió a estar acertado y su premio se quedó en un trofeo.
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