La guitarra está llorando,
sola en el cuarto del alma,
llora como la lluvia llora,
seis cuerdas son sus lágrimas.
Su cuerpo tiembla desnudo,
preñado de nostalgia,
no tiene donde sentarse,
ni pecho sobre su espalda.
No tiene quién se incline
con sus ojos para mirarla,
ni una pierna en su cintura,
ni quién le acaricie su panza.
Ni una mano en su cuello
que resbale por su garganta,
ni otra mano en su vientre,
ni brazos que la abrazan.
¡La guitarra está llorando
y yo sé por quién llora la guitarra!
tiene una agonía de vacio
que le inunda las entrañas.
Agonía en su clavijero
y en su puente sin orilla,
en su mástil velas de duelo,
agonía en su cejilla.
¡Dios mío! ¡Cuántos recuerdos.
¡Ay madre! Cuanta añoranza,
de esos dedos inquietos
que ya para siempre descansan.
¡Llora, guitarra, llora!
tú sabes sufrir y amar,
llora como llora el río,
siente el escalofrío
como la espuma del mar.
Porque un océano de muerte
bajó de repente la frente
de quién te supo cuidar.
A esa frente humilde pero alzada,
libre gaviota de sueños,
que no tuvo nunca dueños
que lo separe del mar.
A ese artista flamenco
se lo llevó el viento,
con un lamento
del Caribe y la sal.
¡Llora, guitarra, llora!
no escondas una lágrima,
que tu boca abierta y muda,
tiene lengua de partituras
que él creó para ti.
¡La guitarra está llorando
y yo sé por quién llora la guitarra!
Con un lamento sin melodía,
llora abatida y en calma,
llora por Paco de Lucía,
llora por su Paco del alma.
¡Llora, guitarra, llora!
llórale sin música, callada,
llórale con tu silencio,
que yo lo hago con mis palabras.
Llórale a tu manera,
desde ese rincón sombrío,
con tu corazón de madera,
que yo lo haré con el de carne,
el mío.
Su guitarra no llora sola
ResponderEliminarNuestro corazón llora como su guitarra làgrimas de duelo
Un grande entre los grandes
El màs grande, nos dejó huérfano
De su arte immense
Gracias por este homenaje a mi querido Paco
Pedrito