Cuando Álvaro Acevedo coge el rifle, los cristobitas del toreo se echan a temblar

Dos párrafos del artículo que bajo el título de "El solar" firma el periodista sevillano

Porque a la Fiesta –lo ha dicho el mismo que ha perpetrado los carteles charros –“le queda muy poquito”, mas la peor camarilla de mercaderes que ha padecido la historia del toreo se va a encargar de acelerar su defunción. Sólo piensan en llevárselo, y lo hacen con un descaro y con una ausencia de pudor que da grima. Y sin miedo, por supuesto, porque al periodista que se le ocurre levantar la voz (casi nadie, para qué vamos a engañarnos) le recuerdan hasta que tiene hijos e hipoteca. O lo demandan, como le ha sucedido a Paco Cañamero.

Luego, eso sí, llega Despeñaperros y son incapaces de responder de forma organizada, eficaz y contundente ante casos como los de Barcelona, San Sebastián, Burgos o Utrera, por ejemplo. Y es hasta normal, porque para qué molestarnos si a esto “le queda muy poquito”. Mientras, un abanico de nuevos empresarios lucha por abrirse paso en una selva de pliegos de condiciones específicamente redactados en su contra. Y a favor de cuatro todopoderosos ¿empresarios? que viven del intercambio, los saldos, las comisiones y la imaginativa táctica del todo a 100. Y todavía, algún desahogado nos quiere vender que aspira a la excelencia…

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