La sala Antonio Bienvenida en la plaza de toros de Las Ventas fue este martes el marco de un encuentro emocionante entre varias generaciones de toreros. Y no solo por la presencia de muchos de ellos en el acto, sino porque en las paredes de la sala colgaban fotos inéditas y en las vitrinas vestidos de torear y objetos personales como la pitillera de Andrés Hernando o la caja en la que transportaba su montera Curro Vázquez, cedidas por los hijos.
La idea de la exposición, realizada en colaboración con la Comunidad de Madrid, partió de Sonia González, la hija de Dámaso González, que consiguió convencer y reunir a los protagonistas y sus familiares para que participaran en el acto. El nombre de la muestra, Entre el miedo y algodones, tiene que ver con el ambiente familiar que rodea a las trece figuras del torero representativas de este mundo. En total, ciento cincuenta fotografías rescatadas de los álbumes privados, donde se puede ver a Victoriano Valencia y su mujer Paloma envolviendo con un capote de pasear a su hija Verónica el día del bautizo o con Paloma en el ruedo. También a Paquirri toreando una vaquilla con su hijo Francisco subido a sus hombros.
Toda una colección de recuerdos acompañados de comentarios de los propios hijos. En el cartelón que acompaña el capote del Viti (foto de la izquierda) se explica que éste es un regalo de su mujer que mandó bordar la Cruz de Caravaca como referencia a su lugar de nacimiento. Miguel Baéz Litri cedió un capote con la imagen de la Virgen del Rocío y el vestido que utilizó en su despedida taurina cuando le dio la alternativa a su hijo en la plaza francesa de Nimes.
Muchos de los presentes se emocionaron con las leyendas que ilustraban los objetos, como en el caso de Esplá. “Nuestro padre dejó de hacer la temporada americana para estar con nosotros. Decía queel tiempo es lo único que no se recupera”. En las fotos del Niño de la Capea (derecha) se narra que “su vida puede asemejarse a su encerrona con los victorinos en 1988. Siempre apostando fuerte. Aquella tarde –recordaban- todo parecía negro y al final fue una de las más importantes de su carrera. La enseñanza es que nunca debes tirar la toalla”. Y así cada una de los recuerdos de los trece maestros.
Las sagas taurinas están representadas por los Bienvenida, los Báez, Ordoñez, Rivera, Esplá, Manzanares, Gutiérrez Moya, Galán, El Fundi, Vázquez, Valencia, Viti, Andrés Hernando, El Cordobés, pues los hijos han participado en su trayectoria vital. Como explicaba Sonia González, hija de Dámaso, “todo lo que hay en esta sala demuestra que los toreros no solo han sido y son grandes figuras en las plazas, donde han sido ejemplo de honestidad, entrega y sacrificio, sino que se lo han transmitido a sus hijos. Hemos pasado mucho miedo cada tarde que salían a torear, pero estamos también muy orgullosos. Esta exposición es un homenaje a ellos y a las madres, mujeres y familia de los maestros. Va por ellos”.
La presentación de la exposición contó con un cierre excepcional con la actuación del cantante Juan Peña. Después, los muchos invitados se trasladaron al ruedo, donde los protagonistas y sus familias pisaron el albero. Paloma Cuevas, que acompañaba a su padre Victoriano Valencia, explicaba que “nunca antes lo había pisado”. Y no sólo ella, sino también Marta y Sonia, hijas de Dámaso González. Entre los asistentes se encontrabaN Paloma y Antonio Bienvenida, Coqui Font y su hija Yolanda Font, Fernando Candela, Salvador Victoria -consejero de presidencia de la Comunidad de Madrid-, Jaime Ostos, Feli González, Manuel Díaz, Sonsoles Aboín, Pedro Antonio Martín Marín, Carlos Abella, Miguel Ángel Perera, los ganaderos Escorial, Mamen Spinola, El Fundi, Yeyes Manzanares, Curro Vázquez y Paty Dominguín. La exposición permanecerá abierta hasta el 16 de junio.
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