No podremos ser creíbles hasta que no seamos coherentes»
Eneko Andueza.Aficionado. Concejal de Eibar y Juntero en Guipúzcoa por el Partido Socialista de Euskadi Euzkadiko Ezkerra (PSE-EE).
Estimado Compañero Alfredo:
Leo con tristeza y a través de nuestro compañero Eduardo Madina que el próximo martes no apoyaremos la Iniciativa Legislativa Popular que declarará a la fiesta de los toros Bien de Interés Cultural.
Entiende que en mi doble condición de Socialista y Aficionado a la fiesta de los toros no pueda hacer otra cosa que escribirte estas sinceras líneas sin dejar de lado mi respeto y consideración hacia tu cargo pero desde una posición dolida y quebrada, decepcionada incluso, ante esta postura.
Permíteme, compañero, que no la entienda, que no la comparta y que la critique.
Uno de los mayores errores que podemos cometer como personas es politizar algo tan fundamental, tan innato al ser humano como la cultura. Lo sé, compañero, sé que mucha gente ve en esta fiesta algo atroz, lejano a la racionalidad, arcaico.Ni te cuento si se trata de «españolizar» la cuestión. Pero, ¿cómo se puede criticar algo sin conocerlo?
Me resulta difícil comprender que un partido como el nuestro sea incapaz de comprender que la fiesta de los toros carece de ideología. Y carece de ella, precisamente, porque la fiesta de los toros ni tiene fronteras ni tiene dueños. La fiesta de los toros, cierto es, se hunde en las raíces de este pueblo, pero no por ello es exclusivamente española. Es tan nuestra como de los Franceses, de los Portugueses o de muchos países de Latinoamérica.
No caigamos en esas provocaciones tan propias de algunos partidos políticos que se aferran a su particular sentimiento nacional. La fiesta de los toros no es de nadie, y a su vez, es de todos. No es ni de izquierdas ni de derechas, ni catalanista ni vasquista: es del pueblo, única y exclusivamente del pueblo.
Podría retrotraerme a muchos intelectuales como Ortega y Gasset, a muchos artistas, la mayor parte de ellos, por cierto, abiertamente liberales y de izquierdas, como Federico García Lorca, Rafael Alberti o Pablo Picasso que podrían explicar a la perfección todo lo que supone la fiesta de los toros a la cultura o, si me lo permite, la fiesta de los toros como movimiento cultural. Pero quizá, con todo acierto no habría mejor ejercicio que recomendarte que leyeras con detenimiento ese magnífico ensayo de nuestro querido y recordado compañero Enrique Tierno Galván que lleva por título “Los Toros, acontecimiento Nacional” para que pudieras entender lo que significa la tauromaquia pare este pueblo al que tú también representas.
Te lo digo de corazón, compañero Alfredo, hay veces que pienso que nos puede el complejo, el pudor, la obligación de creernos más progresistas que nadie. Y nos equivocamos. No podemos serlo mucho para unas cosas y tan poco para otras. Tú me entiendes.
Hoy, cuando he tenido conocimiento de nuestra postura, he sentido tristeza. Una parte de mí hería a la otra parte. Mi parte socialista negaba a mi parte taurina, y eso, como comprenderás, causa mucho dolor.
Lo peor de todo es que he sentido mucha más tristeza cuando he pensado en los miles, millones, de socialistas que habrán sentido lo mismo que yo. Porque somos muchos, créeme, Alfredo, y hoy, sin quererlo, nos hemos vuelto a hacer daño.
No me quito de la cabeza a gente que ha luchado tanto por la libertad y que, sin embargo, ha visto como los suyos les han traicionado arrebatándoles la libertad de acudir a ese rito que excede de la racionalidad y se convierte en sentimiento y que no es otra cosa que la fiesta de los toros.
Hoy muchos habrán pensado en dejarnos de lado, porque nosotros también lo hemos hecho.
Ahora que tan en entredicho está el trabajo de todos aquellos que nos dedicamos profesionalmente a la política podemos demostrar nuestra credibilidad con la simple acción de actuar conforme aunos principios de coherencia que, por ejemplo, en este caso, hemos mancillado flagrantemente.
Y me sorprende de ti, Alfredo, compañero, porque fuiste tú quién, precisamente, comprendiste la necesariedad de transferir las competencias taurinas de aquel Ministerio del Interior(al que tanto debemos de agradecer los cargos públicos socialistas vascos como éste que te escribe) al Ministerio de Cultura.
Lo peor de todo es que entre las muchas justificaciones que, acertadamente, amparaban tan significante cambio (el cual te agradecí de manera sincera) está la siguiente que paso a transcribir:
“Entendida la tauromaquia como una disciplina artística y un producto cultural, se entiende que las competencias del Estado en orden a su fomento y protección tienen su correcta ubicación en el Ministerio de Cultura, por lo que, haciendo uso de la potestad de autoorganización de la Administración, se modifica la actual asignación de la presidencia de la Comisión Consultiva Nacional de Asuntos Taurinos al Ministro del Interior, o autoridad en quien éste delegue, pasando en los mismos términos al Ministro de Cultura, y se traspasan al Ministerio de Cultura las funciones que hasta ahora detentaba el Ministerio del Interior, respecto a dicho órgano colegiado de carácter consultivo, a los registros taurinos y al fomento y protección de la tauromaquia.”
Este Real Decreto (1151/2011) firmado el 29 de Julio del 2011 debiera ser una declaración de principios del Partido Socialista Obrero Español hacia la fiesta de los toros. Y sin embargo, sólo es la prueba de nuestra más absoluta incoherencia.
Compañero Alfredo, difícilmente podremos ser creíbles ante esta sociedad, si ni tan siquiera somos capaces de mantener nuestra propia coherencia.
Espero y deseo, que, dentro de la búsqueda de nuestro rumbo político, no solo sepamos hacer ver y demostrar que somos personas con principios y valores, sino que, además, somos gente seria y de palabra en la que poder confiar.
Recibe un fuerte abrazo de este compañero que, además de ser socialista, es aficionado a la fiesta de los toros.
Eneko Andueza.
Aficionado. Concejal de Eibar y Juntero en Guipúzcoa por el Partido Socialista de Euskadi Euzkadiko Ezkerra (PSE-EE).
1 comentario:
Interesante aportación. Un saludo.
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