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miércoles, 16 de enero de 2013

La profesionalidad, el intrusismo en el toro. Capitulo tercero, los empresarios.

Tras informadores y veterinarios, seguimos por la periferia.
El empresario taurino.
Foto Toros Siglo XXI


En este camino de análisis del grado de capacitación profesional de los distintos intervinientes en la fiesta brava, llegamos a una función angular del espectáculo, como es la del promotor del mismo, aquel que debe coordinar los medios materiales y humanos en pro de desarrollar la actividad y buscando un beneficio. Esta actividad queda en manos de personas que no siempre gozan de la solvencia necesaria como empresarios, del conocimiento del toro como taurinos y del romanticismo imprescindible como aficionados.
El negocio taurino es desde hace mucho tiempo un negocio en el que como me dijo un día “El Comandante”, cuando se gana, se ganan pesetas y cuando se pierde, se pierden duros. Una decisión errónea con un cartel, una fecha, una coincidencia desafortunada, una inclemencia metereológica puede suponer la ruina. Hablamos de PYMES o miniPYMES de carácter familiar, con prácticamente ningún trabajador fijo en nómina y que en una semana pagan en seguros sociales miles de euros.
No es cosa sencilla ser empresario taurino y vivir con normalidad de esta actividad durante un prolongado periodo de tiempo. Se trata de poner en marcha un circo de seis pistas, donde dar sitio a un sinfín de personal dependiente del empresario.
Hagamos un resumen de los ingresos y los gastos de esta complicada forma de ejercer la empresa.

Ingresos:
- Taquilla
- Subvención (Si la hubiera)
- Televisión (Si la hubiera)
- Publicidad (En entradas y carteles)
- Venta de carnes


Gastos:
Honorarios de toreros
Coste del ganado
Piso Plaza, Instalación Portátil, Canón...
Derechos de imagen (si hubiera televisión)
Transporte de ganado y vuelta de sobreros
Derechos de mayoral.
Tasas oficiales
Seguridad Social de intervinientes
Veterinarios y asesores
Torileros, chulo de banderillas y compra de banderillas,
Médicos
Imprenta, carteles y taquillaje
Gestoría
Mulillas y bueyes,
Areneros, acomodadores, taquilleros...

Siendo estos ingresos y gastos comunes a todas las empresas, excepto alguno(instalación de plaza portátil) que es propio de cada espectáculo, llama la atención la similitud entre el montante de los gastos que tienen las pocas grandes empresas del oligopolio que maneja las plazas de tronío con el montante de los que soportan la empresa que dan toros en plazas de menor fuste, siendo evidente la diferencia en la expectativa de ingresos por el taquillaje. Todos los gastos fijos son casi idénticos, los honorarios mínimos fijados para los toreros y profesionales entre una plaza de tercera y una de primera apenas descienden en un 20%, con el agravante de que deben actuar el mismo número de banderilleros y picadores en Sevilla que en Mataliebres del Redondel. Si eliminamos honorarios de toreros y costes de las ganaderías, el resto de gastos son prácticamente idénticos. Los derechos de imagen sirven de muestra, por ejemplo sabemos que en Sevilla son 150.000€ la temporada 2012. En una plaza de tercera pueden ser 24.000€. El diferencial de lo que cobran por convenio colectivo las cuadrillas entre una plaza y otra apenas difiere un 25%. cuando los ingresos mantienen un diferencial del 80%
En todo caso es común a todas concentrar, en las dos horas del espectáculo, el riego cierto de tener un elevado montante (entre 40.000 y 600.000 Euros) en la picota.

Tras estas consideraciones generales, clasifiquemos a los empresarios taurinos españoles, y hagámoslo en función de diversos factores:

1º) Por la forma de llegar a la situación de empresario:

-         Emprendedores  Empresarios que motu proprio, con previa relación directa previa con la tauromaquia  (Simón Casas, Serolo, Pepe Cutiño, Jorge Buendía), o no (Maxímino Pérez), dan el salto a la empresa taurina empezando desde cero.
-         Herederos. Generaciones posteriores de los anteriores. Todos los grandes, Choperas, Choperitas, Pages, Dividimos en tres grupos.
o       Empresarios panaderos. Sólo gestionan las plazas familiares, suelen afirmar que son empresarios taurinos por imposición hereditaria, si en su patrimonio hubiera habido una panadería, serían panaderos, No quieren mucho trato con la gentuza del toro.
o       Niños de papa. Todos, menos Matilla, han sido peores que sus antecesores, peores aficionados y peores empresarios
o       Matilla que es único en su especie

-         Padres de uno que quiere ser torero,(Vulgo ponedores) Suelen moverse a los dos lados de la estafa, entre el trilero y el julay, suelen durar poco, lo que su hijo con la afición, aunque alguno se enquista y ejerce de padre putativo de diversos toreros toda la vida.
-         Ayuntamientos. Pocos quedan ya que se atrevan a hacerlo. Algún pueblo del triángulo del miedo, otros pocos más por el norte y bastantes franceses, suelen llevar aparejada una comisión de “hombres buenos”, que dan para escribir un tratado de psicología aplicada.
-         Estafadores profesionales, Provienen de diversos sectores, con historiales delictivos amplios, estafas, desfalcos… Ven en el toro una forma fácil de seguir con su espiral delictiva. Suelen durar poco, pero siempre surge otro de la misma calaña.
-         Empresarios de éxito, con prósperos negocios en otros ámbitos y que prueban fortuna en el toro.
o       Caballos blancos. Están “detrás de”, no dan la cara, usan a un tercero como testaferro y suelen ser discretos.
o       Medallones. Se caracterizan por llevar sobre el cuello una importante medalla, con gruesos eslabones de oro, suelen ser aves de paso tras sufrir un par de mangazos.

2º) En función de la categoría de las plazas que regentan
Hay un gran abismo, difícilmente salvable y escasamente salvado, entre las grandes empresas de plazas de primera y segunda y la realidad de las pequeñas que organizan los espectáculos en plazas de tercera, más numerosas, como es evidente.
Partiendo de la aberrante realidad de que los gastos fijos: sueldos de cuadrillas, mínimos de los toreros, seguridad social, veterinarios, equipo médico... son apenas inferiores en un 20% en una plaza de tercera que en Las Ventas. cuando el aforo de una plaza de tercera puede ser, y es en muchas ocasiones, la décima parte de lo que afora Madrid.
Pues partiendo de esa realidad enumeremos
-         Grandes empresas. Profesionales curtidos, manejan grandes presupuestos, contratan a los grandes, manejan la prensa, mandan en esto. Sus problemas son de financiación, de IVAS, de televisiones, de cambios políticos en las la titularidad de la plazas que regentan….
-         Empresas medianas que gestionan alguna plaza de segunda y varias de tercera. Andan a caballo entre contratar a Fandi y una suelta de vacas. Sus problemas son pagar tres veterinarios, que les incrementen los gastos del equipo médico o los derechos de mayoral, el momento en que el ayuntamiento les libera la subvención…de eso depende muchas veces la viabilidad de un espectáculo.
-    Empresas que se limitan a espectáculos menores en pueblos, viven de los ayuntamientos.

3º) En función de si ejercen la actividad en exclusiva o son taurinos totales, apoderados, ganaderos...
Raro es el empresario que no tiene otros intereses en la fiesta. De los grandes todos manejan una importante cuadra de toreros, es habitual que sean ganaderos, incluso cuentan con plazas de toros en propiedad. Los pequeños a menor escala no suelen sustraerse a la tentación de enredar con otras facetas, habitualmente la de apoderamiento, cierto es que con poco éxito en la mayoría de los casos.
La independencia es por tanto rara avis en este gremio.

4º) En función de si montan espectáculos con expectativas ciertas de pago o no
Simplificando hay dos tipos
Los que quieren pagar todos
A los que no se les pasa por la cabeza tal desfachatez ¿Por quien me habéis tomado?
Había un tercer grupo, hoy en desuso, muy vinculado al segundo, que además pedían dinero a los toreros por torear
Del gran número de festejos que se montan cada temporada en España, un  porcentaje no despreciable se articulan contando con que hay partidas que no van a ser liquidadas, o no se tiene previsto el pago a las cuadrillas (al viejo modo del “van y vienen”), o no se prevé pagar los toros…. Bien por que el montante de todos los ingresos posibles de un espectáculo (taquilla, venta de carnes, subvención…) no dan para todo, o simplemente por que es más rentable para el empresario no pagar.
Distinto es el caso en que el empresario ante una “ruina” intenta que le ayuden todos los participantes. Me explico, si en una plaza se ven cien personas en una corrida de toros, el empresario suele acudir a los toreros, ganaderos, para pedirles una sustancial rebaja de honorarios. Ellos deciden que hacen y todos se “salvan” con una pequeña perdida.

¿Pero existe intrusismo, competencia desleal?
Pues intrusismo, prácticamente nulo. Cada comunidad autónoma impone unos requisitos para poder ejercer la actividad de empresa en su territorio. Dichos requisitos  son de orden administrativo (domicilio social, disponer de CIF, no estar inhabilitado el gerente o representante de la empresa, no estar vetado por la Comisión Nacional de Seguimiento …) y económico (aval bancario, no mantener deudas con hacienda y la Seguridad Social). Ni se exige por tanto profesionalidad, ni titulación, ni formación o acreditado conocimiento. Cualquiera puede ser empresa sin incurrir en la figura del intrusismo.
¿Competencia desleal? Pues si una empresa decide ofrecer un espectáculo sabiendo que lo hace “a perdidas” y con la idea de no pagar, si un ayuntamiento ampara con una subvención para defraudar a la Seguridad Social y Hacienda, si una gran empresa presta los toreros y las ganaderías que domina para tal acontecimiento, parece que no se es muy leal con aquel otro empresario que pretende hacer las cosas por derecho y de forma profesional y honrada, y mucho menos con la fiesta brava que necesita de grandeza, honradez y verdad..

Como decimos no son más que disquisiciones al lado de la chimenea de quien ve lo que ve por esas plazas de Dios, y del diablo y le gusta analizarlo

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