Es Borja Domecq un señor al que le brillan
siempre los ojos de ilusión. Un señor en toda la extensión de la palabra.
Amable, familiar, derecho, conversador amenísimo, con una oportuna anécdota
rondando siempre su memoria visual, en la conversación surgen con naturalidad
“El Tío Perico”, Manolete, todos los
Juan Pedros de su vida, José Tomás,
Talavante, Curro Vázquez, El Potra, Litri, Ordóñez…. Te da sitio, como
los toros de la estrella en la plaza, pero te exige en la conversación, da por
descontados los conceptos básicos de la bravura y de sus gentes que él tiene
grabados por genética y experiencia en
el alma. Reconoce los errores, pero muere con los ideales.
Encontramos a Borja Domecq Solis en Los
Quintos, la finca donde pastan sus 500 vacas, en la más ganadera de las
Extremaduras. entre Llerena y Fuentedecantos, una hibernal y brumosa tarde de
tentadero de noveles, “si no hay savia
nueva, si no la cuidamos nosotros, esto moriría”, parece que se disculpa el
ganadero. Lo acompaña su primo Alvarito (que trabajo me cuesta escribir el
diminutivo del hijo de Don Álvaro) Metidos los tres en el sencillo pabellón de
la plaza de tientas, este que les habla disfruta del saber de dos hombres
grandes del toro, del comentario mudo, del sabio silencio, del expresivo gesto,
del apunte precioso y de la hospitalidad académica de quien desde siempre nos
trató como si fuéramos alguien.
La conversadera es anárquica, intensa,
apasionada, para iniciados “¿Sevilla? A
cualquiera le duele no estar, hay que entender que no cabemos todos, yo soy un privilegiado, de los últimos
cuarenta años habré estado treinta y cinco. Me duelen más las formas, el rito,
yo creo que este año tendré la camada vendida, por que mi temporada pasada fue
buena y muy regular, pero Sevilla siempre duele” Se le ve dolido sin rencor,
comprensivo sin concesiones, está orgulloso de la temporada 2012 “Tengo
ahora en casa el toro que me
gusta, más fino, más a mi gusto, con movilidad, bravo. Este año ya has visto lo
de Huelva, lo de Nimes, toros importantes, Bilbao fue muy completa”
Dice “ahora” ¿Antes no? “Era distinto en Jandilla antes
era el responsable de una ganadería de nueve hermanos, tenía que dar números
negros, hacerla rentable, no podía arriesgarme a quedarme fuera de las plazas
que dan importancia. Ahora me cuesta más poner a un toro en los quinientos
kilos, pero es el toro que me gusta, aunque pase más fatigas en los
reconocimientos. Es una locura lo de los
pesos, hace unas décadas años fue noticia que un toro de Miura había pesado más
de 500 kilos en una de Bilbao. Hoy en cualquier pueblo te piden eso y más” Se
revuelve y me señala el caballo de picar y me interroga mayeúticamente y
mirándome a los ojos “¿Crees que tiene
la misma agilidad un caballo árabe que un percherón? En el toro la emoción, el interés,
los da el cuatreño que se mueve. Si lo hace para coger la muleta por abajo,
permite el lucimiento, el triunfo, el riesgo. Si el toro se mueve en malo, sin
clase, exige oficio, valor y el público no se aburre” Se extiende, domina
el asunto, le apasiona “mira, en lo
morf0ólógico a una ganadería se le
modifica el tipo en seis años, es fácil, pero hay que tener el fondo de la
bravura, la casta, la raza, y eso siempre lo hemos tenido en casa desde tiempos
de mi abuelo”
Defiende al público, a la empresa, que considera clientes “Al público no se le puede engañar, tengo
la obligación de criar el toro en tipo, que se mueva. Luego si hay faena,
máxima exigencia, si no es posible, hay que volver a oír una frase que yo oía
con frecuencia en mi juventud referida a Ordóñez o Luis Miguel, se preguntaba ¿Como ha estado? La respuesta
es una frase que habla por si sola “Ovación y una bronca de figura del toreo”,
ya no hay broncas, no hay pasión, la técnica ha podido al arte”
Fuenteymbro y otras ganaderías con toros que
llevan su misma sangre triunfan, son competencia “No me molesta, no me arrepiento, mi padre, Juan Pedro Domecq y
Diez, era un hombre generoso y me enseño
que eso engrandece a un ganadero. Magnifica la memoria de mi padre, un pionero,
un adelantado cuyos conceptos permiten que hoy se toree con la perfección con
la que se está toreando. Los triunfos de estas ganaderías son compartidos,
acrecentan la labor de un hombre como mi
padre que decía que había que devolver a la tauromaquia lo que esta le había dado
a nuestra familia. Orgullo es la palabra que define lo que siento al ver
triunfar a compañeros que, con toros de origen en nuestra casa, desarrollan su
selección en busca de su propio concepto “
Sueña, se ilusiona, disfruta en el campo de
José Tomás o de Finito …, de los hijos de “Granado” espera que las 16-17
corridas que tiene (depende mucho de los accidentes, de los imprevistos) se
lidien en plazas de la máxima importancia. Ya las ha visto Madrid, Pamplona,
Bilbao, Nimes, anda cerrando tratos. Persigue en cada detalle Borja el sueño
eterno de ser ganadero, en cada instante, goza el campo, paladea sus recuerdos
que son historia grande de la tauromaquia.
“Mi tío Perico me dijo un día, “Yo he sido millonario de algo que es el tiempo,
y he dedicado el tiempo a conocer al toro y a la gentes” fue un personaje
único”
Hombre de empresa, de mil iniciativas, analiza
los asuntos, con pasión, con criterio, con valentía, sin complejos “No se si sobran ganaderos, el mercado lo
regula todo, a momentos de exceso de ganado seguirán otros de escasez. Hay
muchos toreros, desde el respeto, si un matador lleva seis años toreando una
sola tarde por temporada y en su pueblo, el público, la realidad, se está
pronunciando, la dignidad también está en saber quitarse a tiempo, como los
ganaderos, pero ese no es el quid. Lo que tiene que cambiar son las
estructuras, los costes, no puede haber tres veterinarios en una plaza, seis
picadores en una novillada, una entrada no puede valer 80€, los pisoplaza, la
seguridad social, no son de recibo, no pido que le den al toro pero que no le
quiten, tengo un oído enfrente de otro, pero respeto que se apoye a la música.
El toro está impregnado en la cultura española, no necesita tanto apoyo, pero
que no lo quieran atacar” Está al día, vive la fiesta, conoce el detalle,
“Están asfixiando las novilladas, son inviables, así la necesaria renovación del escalafón es imposible. En la
postguerra Manolete se inventó poner a un rejoneador por delante, mi tío Álvaro
le abría plaza ¿Por qué nadie se plantea que sea el más joven el que rompa
plaza? No se puede tener miedo a evolucionar, a inventar, esto es un arte vivo
y necesita cambios, un ganadero, un banderillero, tiene que comprender que es
mejor que haya 200 novilladas con menos costes que 20 con los actuales”
Horas de conversación intensa, pausada,
paladeada, Alvarito apuntala conceptos, “Lo
bravo es lo que manda, criamos toros
para la emoción” el tentadero es un lujo, tres vacas con dos cojones, que
ilusionan al ganadero y enloquecen al aficionado. “Son de un semental nuevo que me encanta, da lo que quiero, casta y
transmisión, con los chavales se ven las vacas muy bien, el “problema” es cuando vienen los de arriba que te hacen
buenas hasta las malas, hay que estar pendiente. El tentadero se empieza antes
de encerrar las vacas, si es fea, si no tiene cuello, ya tiene mucho perdido,
la pobre, Hay que saber ver en las vacas al toro de cuatro años cuando tientas,
lo que perdones ahora se puede volver en tu contra y en la de la reata de la
vaca”
Obscurece en los Quintos, la taza de café
calienta las manos, el ánimo hierve, la despedida acaba con un sueño, tres
horas con Borja y Álvaro Domecq en soledad, es un lujo que nunca pudo este
escribidor soñar. Desde luego, si no aprendo algo no será por que mis maestros
no fueron los adecuados.
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