Me lo cuenta un hombre del toro, tres de la mañana plena temporada, típico restaurante de carretera poco taurino pero frecuentado irregularmente por cochescuadrilla en esa larga singladura errática que es el final de agosto, se bajan del coche para "tomar algo" y se topan con Paco Rabal.
Hombre carismático, amable, entrante, les saluda y la respuesta unánime de la cuadrilla es
"Buenas Noches Maestro",
¿Maestro? Le pregunto
Mira, es lo que nos salió a todos, y eso sería por algo.
Pues claro, por que ese Juncal es un personaje que trascendió de la ficción y entró en el corazón y la mitología de todos los que amamos este noble arte de poderla a un toro y la vida con gallardía.
En una entrevista, ese genio discreto que es Teo Escamilla (por cierto, director de la película "Tu Solo") contaba
"Cuando rodábamos el final de Juncal, en el que Paco Rabal muere en la mesa de operaciones de la enfermería. Llevábamos una hora en silencio total, como si estuviese herido de verdad y cuando por fin muere, noté que unas lágrimas me impedían ver. Me giré y vi que todo el equipo estaba igual. Si eso lo notamos en el plató, luego transciende al público. Cuando miras por cámara y te llega lo que hace el actor, te lo crees todo"
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