Javier Ambel, uno de los grandes, uno de los nuestros.

Salíamos todos como ciegos incrédulos, a verlo para poder decir mañana "yo estuve allí", la luminaria de móviles alumbraba la salida de Manzanares por la Puerta del Príncipe. Muchos niños, algún aficionado en silla de ruedas, gentes del toro y en las rejas del Paseo Colón un tío grande que se desgañitaba gritando "torero, monstruo, me cagontal"
Como un aficionado más, pero un profesional como la copa de un pino, sin tener que dejar ningún sueño en casa, sin aparcar ningún rencor al toro o la vida, este extremeño que tantas veces ha entrenado con Manzanares, que lo quiso ser y que es torero, Javier Ambel, con las lágrimas que sólo pueden verter los tíos de plata, con emociones que sólo pueden sentir los hombres grandes que saben de que va esto.
Javi, eres grande tío, y gente como tu hacen grande esta fiesta