Al quinto lo cuaja de capote, profundo y vistoso, verónicas, lopecinas lances a una mano, lo revienta toreándolo con la muleta por bajo por ambos pitones en faena de verdad, emoción y riesgo. Entonces se apaga el toro y el torero se saca al Paco Ojeda que lleva dentro y se arrima con emoción y verdad. Otro estoconazo, serían dos orejas aquí y en Pekin, pero no en Vistalegre, donde se sube al palco en ascensor y se baja sobre dos orejas robadas, que a nadie le hacen falta más que a usted, a ver si se entera con las orejas de madera, cocolon del bote. Me niego a decir su nombre, vaya a ser que desbanque ussia a doña Belén Esteban y sea portada de Le Monde a costa de un torero.Y un mojón
Morante de la Puebla (caña y oro); ovación con saludos tras dos avisos y silencio.
Julián López El Juli (grana y oro); saludos tras petición y oreja con petición de la segunda con bronca al palco por no concederla.
Alejandro Talavante (grana y oro); silencio y ovación con saludos.
Perdone usted señor Javier, para mi corto entender en esta ciencia tan compleja que es la tauromaquia. Si tuviesemos mas aficionados como este al que usted bautiza como cocolo. Quizas no estariamos tan preocupados por los antis, mire usted. Si que tiene razon si, cocolos son los que sobran en la fiesta.
ResponderEliminar