Conde de la Corte. De Jerez de los Caballeros, desde los míticos Bolsicos, cuyo
cortijo se asienta sobre un viejo monasterio templario, remite el Conde de la Corte a concursar en pos de
la bravura a Hurón, el 71 del 2008, hijo
de Hurona, una vieja vaca con hijos de tronío en plazas importantes y de un
semental que, cuando eral, en vista de las preciosas hechuras en el tipo de la
casa de que presumía, corrió y tentó a
la vieja usanza Eduardo Davila Miura hoy apoderado de Rafaelillo.
El murciano, por cosas
del destino ya lidió y dio muerte con buena nota a un hermano de este semental
en 2007, en una concurso en Arles
Negro bragao, bajo y descarado,
un clásico en este casa madre del más alto porcentaje de ganaderías del campo
bravo actual, un toro que si respeta sus genes saldrá abanto, con poder en el
caballo, nobleza en la lidia y humillación en la muleta, siempre se ha dicho de
los condesos, con un pitón extraordinario y otro más regular. Al tiempo
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