Hace 49 años.....

                                                                       Vicente Parra Roldán

Terrón

.... el Día de la Ascensión se celebró el 23 de mayo. Y, como solía ser costumbre en la época, la plaza de toros de Huelva abrió sus puertas para una novillada picada, en la que actuaron, ante utreros de Pérez de la Concha, José María Corona, José María Susoni y Pablo Gómez Terrón.

Hubo bastante público en los tendidos del coso choquero, especialmente por la aportación – alrededor de un millar – de aficionados triguereños que, una vez más, demostraron su fidelidad a su torero, al que seguían con pasión en sus actuaciones en plazas cercanas.

Las reses estuvieron bien presentadas y dieron un juego variado, destacando las lidiadas en cuarto y quinto lugares. El primero salió descompuesto; el segundo fue muy castigado; el tercero derribó con estrépito y el sexto también tuvo boyantía, pero los más destacados fueron cuarto y quinto, muy aplaudidos en el arrastre y que quizás merecieran más premio.

José María Corona pasó desapercibido con su primero con el que no se entendió ni con el capote ni con la muleta e hizo un mal uso de los aceros. Sin embargo, en el buen cuarto, ejecutó el redondo con gracia y lo embebió bien cuando lo toreó al natural, por lo que al matar a la primera se le concedieron las dos orejas, un premio quizás excesivo pero la tarde estaba embalada.

El sevillano José María Susoni cuajó una excelente tarde. Brilló con su primero a la hora de torearlo con gracia de capa y con quietud con la muleta para acabar con el de una estocada que le supuso el primer trofeo de la tarde. Pero donde llegó su triunfo fue en el quinto con el que inició el trasteo con las rodillas en tierra para seguir con muy buenas series con ambas manos entre el clamor de los tendidos. Fue volteado pero siguió en el ruedo antes de dejar una estocada sin puntilla y que la presidencia le concediera las dos orejas y el rabo como premio. Después de pasear el anillo de forma triunfal, acudió a la enfermería donde fue atendido de un fuerte varetazo en el muslo derecho.

Una vez más, la pasión la puso el triuguereño Pablo Gómez Terrón que puso de manifiesto el enorme valor que tenía así como la honradez profesional, como demostró con su primero al que costó trabajo llevar al caballo pero él, con su capote, supo ponerlo en suerte antes de derribar con estrépito. Terrón disfrutó de su quehacer, especialmente con la mano zurda, con la corrió espléndidamente la mano entre el clamor de los espectadores y, de manera especial, sus seguidores que veían como sacaba los pases en las mismas barbas de su oponente. Acertó a la hora de matar y conquistó dos orejas. En el que cerró plaza, el triguereño volvió a lucirse con el capote y, de manera especial, en un quite por chuicuelinas. Con la muleta destacó en una amplia – siete pases – seria al natural tras haber sido volteado en un par de ocasiones. Su extraordinaria faena no tuvo colofón con los aceros y el triunfo quedó reducido a una fortísima ovación antes de salir a hombros junto a José María Susoni como colofón a esta buena novillada.